Coches modificados con compartimentos ocultos activados por bluetooth desde móviles encriptados. Con esta sofisticada artimaña, realizada en un taller clandestino catalán, transportaba la droga las dos organizaciones que han caído gracias al trabajo conjunto de Mossos d'Esquadra y Guardia Civil. Ambas bandas, dedicadas al narcotráfico en Cataluña y Comunidad Valenciana tenían capacidad para distribuir hasta un centenar de kilos de cocaína al mes e introducir drogas y teléfonos móviles en un centro penitenciario de Tarragona.
Durante su labor, los investigadores detectaron una organización criminal muy “jerarquizada” en la que los transportistas tenían mucha importancia, y que utilizaban vehículos con compartimentos ocultos para almacenar la droga y transportarla para su venta. De hecho, los miembros de la banda llevaban los coches de marcas “normales y sin lujos” a un mecánico de confianza, que modificaba los vehículos con compartimentos hidráulicos, que se abrían y cerraban a través del teléfono móvil para esconder la droga y no ser detectada en caso de control policial.
Según han informado ambos cuerpos policiales este viernes, en una información recogida por la agencia Efe, la macro-operación se ha saldado con quince detenidos y cuatro investigados en diversos municipios de Lleida, Tarragona, Castellón y Valencia. Entre los arrestados, figuran dos internos -uno con condena por asesinato y tráfico de drogas- y un funcionario de prisiones, que actuaba de enlace con los grupos criminales investigados fuera del centro penitenciario.
Un funcionario de prisiones, implicado
El germen de la investigación remonta a julio de 2023. Entonces, se detectó que un funcionario había introducido cocaína, heroína, hachís, teléfonos móviles y tarjetas SIM en una prisión de Tarragona -su cuenta bancaria recibió más de 70.000 euros sin justificar- y varios internos colaboraron en la distribución dentro de la cárcel.
Meses después, en marzo de 2024, los agentes identificaron un importante punto de venta de droga en Vielha e Mijaran (Lleida), liderado por miembros de estas organizaciones criminales, y detuvieron a tres personas con MDMA, anfetaminas, hachís, cocaína y materiales para adulterar la droga. La investigación llevó entonces hacia una persona residente en Salou (Tarragona), que lideraba un entramado con capacidad para distribuir 100 kilos de cocaína al mes en Cataluña, La Rioja, Aragón y Comunidad Valenciana, una actividad que movía 25 millones de euros al año.
El entramado de la red era muy extenso y filamentoso, pues operaba desde pisos, locales comerciales y vehículos registrados a nombre de terceros, además de contar con cultivos de marihuana, como uno descubierto en Les Franqueses del Vallès (Barcelona). El resultado de esas ganancias era el gasto de buena parte del dinero en inversiones inmobiliarias en Dubai.
200.000 euros y 15 kilos de cocaína pura en sendos coches con doble fondo
La pista de los vehículos preparados en el taller lanzadera volvió a salir a flote tras la incautación de 200.000 euros en un vehículo en Salou en enero de este año y de 15 kilos de cocaína de alta pureza ocultos en un coche con doble fondo en Torredembarra (Tarragona) en marzo de 2025. En dichas operaciones, se logró detener a uno de los líderes y a un transportista. El mes posterior fueron arrestados otros cuatro miembros, incluido el funcionario de prisiones y el interno encarcelado por asesinato y narcotráfico.
El golpe final de esta macro-operación llegó el pasado 6 de mayo pasado los agentes realizaron siete registros en Salou, El Catllar, Segur de Calafell, Cambrils (Tarragona), Borriana (Castellón) y Montserrat (València). En los mismos, se detuvo a otras tantas personas e intervinieron una pistola con munición, un chaleco policial, una pistola de aire comprimido, dinero, móviles, marihuana, un cultivo de 111 plantas y un coche con caleta.
Una vez procesados, los detenidos están acusados de los delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas de fuego, pertenencia a organización criminal y soborno.