Reparación | Tres de cada cuatro talleres vascos, en peligro por no estar digitalizados

Un total de 1.372 centros, especialmente los más pequeños, corren el riesgo de quedarse fuera del mercado si no se adaptan.

Solo el 20% de los talleres está hoy día adaptado a las nuevas tecnologías de los coches
Solo el 20% de los talleres está hoy día adaptado a las nuevas tecnologías de los coches

A corto plazo, son dos los principales obstáculos que se encontrarán los talleres. En primer lugar, la progresiva electrificación del parque de automóviles, para la que se tendrán que forma a marchas forzadas. Pero, en segundo lugar y no menos importante, la digitalización. Hasta el punto de que tres de cada cuatro talleres vascos (1.372 centros) corren riesgo de quedarse fuera del mercado al no estar digitalizados, según datos de Solera, experta en inteligencia del automóvil, presentados en su Jornada Solera Talent de Bilbao.

En un momento en el que la tecnología está cada vez más presente en los coches, ésta no encuentra correspondencia en los negocios de reparación, aún muy analógicos, según Solera. Así, en España tan sólo el 20% de los talleres está digitalizado, afectando especialmente a los negocios pequeños que están en serio peligro de quedarse fuera del mercado si no encaran esta transformación.

Un 38% menos de facturación con los eléctricos

Pero hay más. Porque si el reto de la posventa en el corto plazo es la digitalización, a largo plazo lo es la electrificación, en vista del anteproyecto de Ley de Cambio Climático que sitúa el "fin" de los vehículos de combustión interna para el año 2050, un proceso que, según las estimaciones de Solera, podría reducir la facturación de los talleres vascos un 38%.

¿El motivo? Que los vehículos de combustión integran como mínimo 25 piezas y elementos que no se encuentran en los vehículos eléctricos, como son el aceite, filtros de aceite, correa de distribución, bujías, inyectores, escapes, etc., lo que provocaría una pérdida de ingresos que no se compensa con el “efecto batería” pues si bien es una pieza costosa -con un precio medio de más de 11.000 euros- tiene el hándicap de que el paso por boxes para cambiarla es cada diez años, una horquilla de tiempo mucho mayor que el requerido por las piezas de mecánica de un diésel o gasolina.

Esta inevitable reconversión del taller por la tecnología y por las nuevas motorizaciones provocará que el taller tenga que adaptar su modelo de negocio, que puede estar más dirigido a la actualización del software y que el mecánico se convierta por tanto en una suerte de informático, explica Solera. Además, la digitalización traerá consigo que el cliente pase a ser protagonista de la reparación, siendo parte del proceso tal y como demanda y pone en práctica en otros sectores.

Según el responsable de Mercado Posventa de Solera y mentor de Solera Talent, José Luis Gata, "los talleres deben tener un ojo puesto en el futuro, en la descarbonización del parque y el auge de otras motorizaciones alternativas como la eléctrica, pero lo cierto es que su principal amenaza ahora mismo es la cuenta de resultados y la tecnología de los vehículos. Un taller tiene que digitalizar sus procesos para ser eficiente y poder prestar servicio a los coches actuales y futuros, cada vez más conectados y más equipados tecnológicamente".

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