Los trabajadores de un taller mecánico de Valencia se encontraron, al volver de comer, con que todo estaba oscuro. Al acudir a comprobar si había algún problema con el cuadro eléctrico, comprobaron que los contadores ya no estaban. Según denuncia su gerente a la prensa local, un operario de la compañía que les suministra la luz se los había llevado.

El responsable del taller cree que la causa de que la compañía cortara la luz del establecimiento es una deuda de 56 céntimos, resultante de un pico de un pago fraccionado que llegó a su banco. De hecho, al llamar a la compañía para averiguar cuál había sido el motivo de que se llevaran los contadores, le dijeron simplemente que tenía una deuda con la misma.

El resultado ha sido, de momento, media jornada sin poder reparar a los vehículos que el establecimiento tenía a la espera de ser atendidos, a lo que habrá que sumar el tiempo que transcurrirá desde que abone los 56 céntimos, la compañía verifique el pago y vuelva a dar el alta en el servicio. El responsable del taller denuncia, además, que no había sido avisado ni de este error contable ni de sus consecuencias.