El domingo 19 de febrero se celebraba en Madrid una manifestación para protestar por la norma que impide el acceso al interior de la M-30 a aquellos coches que carecen de etiqueta medioambiental. Convocada por varias asociaciones, entre ellas se encontraba Asetra, ya que se trata de una situación que, denuncia, está provocando grandes problemas a los talleres que se encuentran dentro de esta área.

Desde el ayuntamiento aseguran que la normativa, que se encuentra dentro del proyecto Madrid 360, sirve para que se cumplan las imposiciones que llegan desde Europa. No obstante, algo que no se está teniendo en cuenta son los problemas económicos que los talleres mecánicos -y otros muchos negocios- están sufriendo a causa de ella.

Varios talleres han declarado a Infotaller que muchos clientes no tienen posibilidad de acercarse al taller, ya que no cuentan con el distintivo ambiental en su coche. “Es un desastre, nosotros perdemos clientes y ellos tienen que buscar un taller nuevo”, ha declarado el gerente de YJ Talleres, ubicado cerca de la Plaza de Mariano de Cavia.

Jugarte la multa

Por otro lado, el gerente de Taller F. Palacios, por la zona de Lavapiés, también ha mostrado su indignación con la nueva medida del ayuntamiento: “Nos están hundiendo”. Asimismo, ha explicado que ha perdido un gran número de clientes, ya que si estos quisiesen llegar al taller se expondrían a una multa.

Además, esta nueva normativa también obliga a que los ciudadanos que quieran seguir utilizando su vehículo tengan que comprar uno nuevo que cuente con etiqueta (a poder ser Cero), para poder desplazarse de forma “más o menos” libre en estas zonas.

Cambiar el taller

Una de las opciones que se plantean algunos talleres es mover su negocio a zonas en las que no afecten estas restricciones. Así lo ha expresado Nuria Álvarez, secretaria general institucional de Asetra: “El 40% ha tenido que cerrar o trasladarse”. No obstante, hay que puntualizar que esas palabras hacían referencia a los talleres que se encontraban dentro de lo que se consideraba Madrid Central.

Sin embargo, algunos talleres ya han tenido esta idea rondando por la cabeza. Entre ellos se encuentra YJ Talleres, que han declarado que “tendremos que pensar en movernos de zona, buscar nuevos clientes”. Desde Asetra todavía no conocen una cifra exacta de los talleres que se verán obligados a trasladarse para poder mantener los ingresos y el negocio a flote, pero serán varios.

Menos ingresos

La disminución de la facturación es un factor que golpea duramente al sector. Álvarez asegura que "hay talleres que han tenido pérdidas de facturación de entre el 18 y 20%”.

El gerente de Taller F. Palacios no lo ve tan sencillo. Ha declarado que "no es tan fácil como recoger los bártulos y cambiar de sitio. Hay que buscar local, pedir permisos y ahora mismo no hay dinero para poder hacerlo”. A esta opinión se suma el gerente de Monster Garage, que confirma que "a pesar de las importantes pérdidas que estamos sufriendo, cambiarse no es una opción ahora mismo”.

Justificante de acceso

¿Sería posible que los talleres emitiesen un justificante para que los clientes puedan introducir el coche sin temor a una multa? Las restricciones de movilidad impiden esto por el momento. Además, los negocios a los que hemos consultado confirman que no hay opción de permitir el paso ni con un justificante especial.

Desde Asetra insisten en que las normativas dependen exclusivamente de los ayuntamientos. Aquí hay que mencionar que aunque algunos consistorios, como es el caso de Madrid o Barcelona, van mas adelantados con ellas, por el momento no existe ninguna opción para dar un trato especial a los vehículos que quieran acceder a estas zonas para visitar los talleres.

“Está completamente prohibido”, ha declarado el gerente de Talleres F. Palacios. Esto también afecta de manera directa al bolsillo de los talleres, ya que ven descender tanto los ingresos como su cartera de clientes.

Necesidad de soluciones

Los talleres necesitan que se encuentre alguna respuesta a este problema de movilidad para que sus negocios no se vean tan afectados y puedan seguir desarrollando su actividad en el sector. Por eso desde diversas asociaciones están tratando de conseguir que las instituciones aporten una solución a este problema. No solo en Madrid, sino en multitud de otras grandes ciudades a las que, tarde o temprano, llegarán las llamadas ZBE.