Consejo y Parlamento Europeo cristalizaron en la noche del jueves un acuerdo provisional para revisar normas de los vehículos, que obligará a los fabricantes a incorporar de forma progresiva plástico reciclado, decisión que marca el camino para otras materias primas como el acero, el aluminio o el magnesio. Además, el pacto alcanzado, que deberá ser ahora confirmado por ambas instituciones, revisa los requisitos de diseño de los vehículos y la gestión de los mismos al final de su vida útil. Decisiones que tendrán, como es evidente, impacto evidente en el mercado posventa, por los materiales que deberán emplearse en piezas de repuesto.
El objetivo es "garantizar que los nuevos vehículos se diseñen de manera que faciliten su reutilización, reciclado y valorización", indicó el Consejo en un comunicado, según informa la agencia Efe. Así, un elemento "central" del acuerdo es la introducción de objetivos obligatorios de contenido reciclado, en particular de plásticos. De esta manera, en los nuevos vehículos se exigirá un 15% de plástico reciclado en seis años y un 25 % en diez.
"Al menos el 20% de este plástico reciclado deberá proceder de reciclado en circuito cerrado, es decir, material recuperado de vehículos al final de su vida útil, para garantizar que los materiales valiosos se mantengan dentro de la economía circular de la UE", precisa en la nota de prensa el Consejo, institución que representa a los Estados miembros.
Tras la entrada en vigor del reglamento, en el plazo máximo de un año, la Comisión deberá elaborar un estudio que siente las bases para "futuros objetivos para otros materiales, como acero, aluminio, magnesio y materias primas críticas recicladas".
"El nuevo reglamento impulsará la innovación en el diseño sostenible y creará un mercado más fuerte y más limpio de materiales y componentes", declaró en un comunicado el ministro de Medio Ambiente de Dinamarca, Magnus Heunicke, cuyo país ostenta actualmente la presidencia rotatoria del Consejo de la UE.
Además, el acuerdo también amplía el ámbito de aplicación de las directivas anteriores. Las nuevas normas siguen siendo válidas para turismos y furgonetas, pero se extienden los requisitos de "recogida, descontaminación y retirada obligatoria de piezas" a camiones, motocicletas y vehículos de uso especial, salvo a los "fabricantes de pequeño volumen" de esa última categoría, que quedan exentos.
Control exhaustivo para los "vehículos desaparecidos"
El compomiso alcanzado también contempla un "refuerzo de la trazabilidad y los controles" de los llamados "vehículos desaparecidos", es decir, a los 3,5 millones de vehículos que cada año "desaparecen sin dejar rastro de las carreteras de la UE" y son exportados, desmantelados o eliminados de forma ilegal.
Y es que la intención de la UE es dotarse de "normas más claras sobre la distinción entre un vehículo usado y un vehículo al final de su vida útil". La mejor manera de hacerlo es "un conjunto claro de criterios para determinar de forma definitiva cuándo un vehículo se considera residuo". Porque una vez que un vehículo cumple estos criterios, "debe ser tratado por una instalación de tratamiento autorizada y no puede exportarse legalmente ni revenderse como vehículo usado", remarca la Comisión.
Igualmente, el acuerdo también adopta un "enfoque basado en el riesgo" en el caso de transferencias entre particulares, de forma que "exige documentación en las situaciones con mayor probabilidad de que los vehículos desaparezcan". En este caso, la norma se refiere a ejemplos como cuando un vehículo es declarado siniestro total económico por una compañía de seguros o cuando la venta se realiza a través de una plataforma en línea y se lleva a cabo exclusivamente sin entrega física del vehículo entre el vendedor y el comprador.
El fabricante, un responsable más
Analizando la futura normativa, también se reforzará el principio que hace a los fabricantes responsables, tanto financiera como organizativamente, de todo el ciclo de vida de sus vehículos. "Esta responsabilidad incluye promover el diseño para la circularidad y garantizar la recogida gratuita y el tratamiento adecuado de todos los vehículos al final de su vida útil", con independencia del Estado miembro en el que estos se conviertan en residuos, señaló el Consejo.
Esta nueva nomrativa, mira a largo plazo, pues cinco años después de la entrada en vigor del reglamento, se prohibirá "la exportación de vehículos usados que ya no sean aptos para la circulación". La idea es que así "la UE cumpla su compromiso de no contribuir a la contaminación en terceros países y de retener materiales valiosos dentro de su territorio".
Su aplicación, dos años tras la entrada en vigor
Tras este principio de acuerdo, la hoja de ruta está supeditada a la confirmación oficial de ambas entiddades europeas. Una vez Consejo y Parlamento lleguen a un acuerdo, el reglamento comenzará a aplicarse dos años después de su entrada en vigor.
Conviene resaltar que la industria de fabricación de automóviles es uno de los sectores más intensivos en recursos de la UE y consume anualmente siete millones de toneladas de acero, dos millones de toneladas de aluminio y el 6% del total del cobre empleado en la Unión Europea. En paralelo, seis millones de vehículos llegan cada año al final de su vida útil en la UE.