Este año 2022 se preveía como un año de recuperación, con un crecimiento del 12%. La vuelta a la normalidad ha favorecido este hecho, aunque el precio de la gasolina y el diésel disparado en un contexto de inflación ha hecho que esto se ralentice. Hay menos trabajo por consiguiente.
En un artículo para la revista del Gremi de Talleres de Barcelona, José Luís Gata, Business Development Manager de Solera, ha explicado que desde la compañía especializada en posventa han determinados los desafíos para el taller en este contexto.
DESAFÍOS
Gata afirma que las nuevas generaciones “no tienen como prioridad sacarse el carnet de conducir”, debido a un “nuevo estilo de vida, con diferentes fórmulas de movilidad, junto a una alta precariedad laboral”. De hecho, antes de la crisis económica, se expedían casi 700.000 permisos B de circulación y, en la década del 10 al 20, esa cifra cayó hasta un promedio de 486.000. Es decir, se perdieron un millón de nuevos conductores por el camino.
La entrada en vigor del nuevo carnet B1, que engloba a 974.000 jóvenes de 16 y 17 años en España, podría suponer” un soplo de aire fresco”, ya que “esta movilidad adolescente podría inyectar 180 millones de euros adicionales a los talleres”.
Otro hecho que deben tener en cuenta los talleres, según asegura Gata, es que, en España, el número de coches más viejos (en torno al 60% del parque total) sigue haciéndose más mayor. “Esta consecuencia tiene un impacto directo en los talleres”, afirma. El mayor grueso de reparaciones se da en los vehículos de 0 a 5 años. En cambio, 6 de cada 10 coches supera la década de antigüedad y apenas suponen el 31% de las reparaciones.
De este modo, es necesario que la Administración “incentive la baja de estos vehículos, que suponen más contaminación y una mayor inseguridad vial”, sentencia el Business Development Manager de Solera
El tema de las revisiones es otro punto para tener en cuenta. En España, ocho de cada diez vehículos que circulan por las carreteras deben acudir a la ITV. Sin embargo, una tercera parte se abstiene. “No es que no superen la inspección, es que directamente no se presentan”, afirma Solera.
“La abstención de la ITV está muy vinculada a la edad del parque y a su envejecimiento. Un peligro para la seguridad vial, que resta nada menos que 1.000 millones de euros a la posventa. Si esos coches pasarán por el taller para subsanar sus problemas, esta sería la facturación que aportarían y que ahora se evapora como agua entre las manos”, asegura.
FORTALECER EL NEGOCIO
Desde la compañía advierten que si a estos desafíos, le añadimos la coyuntura económica y social, los talleres deben “fortalecer sus negocios y hacerse más resilientes”.
“En Solera apuntamos, en este sentido, tres claves: un plan de negocio a 3-4 años, más formación y digitalización, con especial atención a lo que está por venir a la vuelta de la esquina: la inteligencia artificial”, concluye Gata.
