Con motivo de la XXXI Cumbre hispano-portuguesa que se celebra en Guarda (Portugal) Anfac y Sernauto, junto con las portuguesas Associação Automóvi de Portugal (ACAP) y Associação de Fabricantes para a Indústria Automóvel (AFIA), pretenden poner de relieve el valor del sector de la automoción como herramienta estratégica de España y Portugal para alcanzar los objetivos de recuperación económica.

Por este motivo, solicitan mayor compromiso por parte de los gobiernos de ambos países, con el fin de “definir una estrategia que garantice la viabilidad y perdurabilidad de la industria automotriz en su transformación hacia una movilidad sostenible y libre de emisiones”, señalan las patronales.

Las asociaciones subrayan el momento clave que está atravesando el sector con el proceso de reindustrialización para la descarbonización y digitalización que plantea la nueva industria de la movilidad. Todo ello, dentro del contexto de impacto económico que ha producido la crisis del Covid-19 y que ha planteado nuevos objetivos a corto plazo de recuperación de la demanda y la producción.

Por ello, consideran necesario un trabajo conjunto y compromiso de las administraciones y gobiernos para restablecer los niveles previos a la crisis y “liderar la transformación garantizando que el sector del automóvil ibérico pueda mantener su relevancia y liderazgo en el futuro”.

La industria de la automoción supone el 11% del PIB español y el 6% del portugués y genera el 9% y el 12% del empleo, respectivamente. Con estos datos, las organizaciones afirman que en el Plan de Recuperación Europeo el sector necesita una dotación financiera significativa para garantizar, no solo la recuperación a niveles anteriores a la crisis, sino también un mayor crecimiento sostenible.

Además, los empresarios instan a los gobiernos hispano-lusos a generar un marco de cooperación y colaboración más estrecha que, de cara a las políticas europeas relacionadas con la automoción, impulsen la competitividad de la industria.

Por otro lado, las organizaciones sectoriales indican la necesidad de asentar las bases de una estrategia que dé respuesta a la transición hacia una movilidad cero emisiones con incentivos financieros y no financieros, renovación del parque automovilístico, desarrollo de una potente infraestructura de recarga, apoyo al desarrollo e implantación de la conducción autónoma y conectada, una hoja de ruta coherente para el desarrollo de futuras normas de emisiones de CO2 y un marco regulatorio homogéneo para el transporte de mercancías entre ambos países.