La muerte del bombero que falleció el pasado mes de junio mientras trabajaba en las labores de extinción de un incendio en un taller de Barcelona pudo haberse evitado. Así lo señala un informe de la comisión de investigación creada expresamente, según el cual, varios protocolos de actuación fallaron, produciéndose errores en el sistema, tanto con respecto al vestuario como por el procedimiento con que se dieron las instrucciones, informa el regional "Segre.com".

Según el digital, los cuatro bomberos y el mando que entraron a la nave para apagar el incendio salieron porque empezaban a "estar en peligro debido a la alta temperatura". Nadie se dio cuenta, sin embargo, de la ausencia de uno de los efectivos, que se encontró muerto al suelo una hora después. Y es que, entre otros fallos, los bomberos accedieron a la nave equipados con un EPI y un ERA, equipos de respiración autónoma, pero sin el dispositivo de seguridad denominado 'hombre muerto', que hace saltar una alarma si quien lo lleva cae o queda parado.

Los efectivos no hicieron el CACE nivel 0 ni en la primera entrada ni en la segunda e hicieron una revisión mutua "incompleta", añade este diario, que informa que "durante la operación, tampoco se comunicó la totalidad de los relieves de mando que intervienen en el servicio, la información intercambiada entre ellos tampoco fue completa, y algunos bomberos no cambiaron de emisora cuando se notificó".

El fuego afectó a un número indeterminado de vehículos que se encontraban en la planta baja del taller, ubicado en la calle de la Masia Nova de la localidad.