Tras un 2020 y un 2021 convulsos, la recuperación de la industria del automóvil se enfrenta a la falta de materias primas o aumento de los costes del transporte, entre otros factores. 

Según recoge GiPA, los concesionarios tienen un déficit de automóviles nuevos para vender/entregar y esta falta de nuevas matriculaciones está trayendo, a corto plazo, menos automóviles para mantenimiento y menos para reparación de carrocería, lo que desemboca en conservar el automóvil viejo por más tiempo.

Ante las dificultades para encontrar las piezas en el mercado, junto con el aumento del precio de la materia prima y la consecuente frustración del conductor con un automóvil inmovilizado en el taller esperando que se entregue la pieza, algunos centros de reparación han optado por solicitar recambios de marcas que no piden regularmente para resolver los problemas de entrega.

Otro punto importante a destacar sobre la recuperación de la actividad es lo diferente que es de una empresa a otra, ya que no todas tienen la misma evolución. Así, desde GiPA afirman que encuentran empresas que ya recuperan el volumen de 2019, incluso algunas de ellas están aumentando sus ventas en comparación a dicho año, "y al mismo tiempo vemos empresas que están más o menos en el mismo nivel de ventas que 2020, que muestra una velocidad muy lenta en la recuperación".

Estos problemas junto con la diferente velocidad en la recuperación de la actividad podrían provocar que "los débiles serán más débiles y los fuertes más fuertes", provocando una concentración de volumen en aquellas empresas que, tras el duro periodo del Covid, se convierten en mejores empresas y están reforzadas. "Se trata de los grupos de compra, grandes grupos de concesionarios de fabricantes de automóviles, talleres de marca, etc. Es hora de mirar al futuro y no mirar atrás", concluye GiPA.