La investigación sobre nuevas formas de movilidad no se detiene. Mientras la Hyperloop de Elon Musk -fundador de Tesla- sigue avanzando en sus cápsulas que se desplazan a gran velocidad en tubos de vacío, otra empresa estadounidense, Arrivo, está desarrollando un sistema de transporte capaz de mover vehículos, personas y mercancías a 330 kilómetros por hora de forma autónoma.

El sistema de Arrivo consta de dos elementos. Uno es una red urbana de pistas magnéticas, por la que circula a gran velocidad el segundo elemento. Este es una cápsula montada sobre una especie de trineo, que puede alojar en su interior tanto vehículos de pasajeros como contenedores de mercancías. 

El desplazamiento de estas cápsulas se realizaría de forma autónoma, lo que permitiría a los pasajeros realizar otras actividades mientras se desplazan, como trabajar, jugar o ver películas, sin tener que estar atentos a la carretera.

El sistema de Arrivo supondría, según sus creadores, un gran ahorro de tiempo. La estimación es que el viaje desde el aeropuerto de Denver, ciudad donde está emplazada la compañía, hasta el centro de la ciudad, pasaría a llevar 9 minutos en lugar de los 55 actuales, para un recorrido de unos 50 kilómetros.

La otra ventaja de este sistema es que es compatible con las carreteras ordinarias. Funcionaría como un carril especial dentro o paralelo a las mismas, lo que abarataría la infraestructura.

El inicio de su construcción está previsto para este mismo año y se estima que se complete para 2021. Aún no se sabe quién se encargará de la reparación de estos futuristas vehículos, aunque habrá que esperar a su popularización para plantear la creación de una red de reparadores.