Noticia remitida | Comprar un vehículo nuevo o de segunda mano: ¿más llevadero con un préstamo?

Comprar un vehículo nuevo o de segunda mano: ¿más llevadero con un préstamo?
Comprar un vehículo nuevo o de segunda mano: ¿más llevadero con un préstamo?

Sea para hacerse con un vehículo completamente nuevo, o incluso para tantear la compra de un coche de segunda mano, siempre hay que tener en cuenta una serie de factores relevantes. No solo hay que abordar el estado del vehículo, su motor, sus componentes, la marca o incluso el modelo; uno de los puntos más importantes en todo el proceso de compra es el precio.

Todo el mundo que se ha planteado renovar su vehículo lo sabe. Quienes se han lanzado a la segunda mano deben saber que no solo hay que andarse con especial cuidado y comprobar varios factores clave, también tienen que estar ante algo que tenga un precio justo. Lo mismo ocurre con los modelos nuevos, recién salidos del concesionario, sin un precio lógico, no valen la pena.

Eso ha llevado en muchos casos a empezar a tantear la opción del renting, esa especie de alquiler con garantías, pero que no te hace propietario del coche como tal. Lo cierto es que, a la hora de adquirir un vehículo, se plantean muchos escenarios distintos, aunque todos ellos con el mismo punto en común: el pago de dinero. ¿Se puede abordar de forma que no suponga un gran gasto? Es imposible, aunque sí que puede hacer que su impacto sea menos doloroso para nuestros bolsillos.

¿Cómo hacer más fácil el gasto en un coche?

Y sí, aquí ya tenemos que hablar de productos financieros como los préstamos para coches. Por extraño que parezca, el sector de los créditos y los préstamos, incluso aquellos que son a través de internet, cuenta con una categoría propia para la adquisición de vehículo de cualquier tipo. Es un producto pensado para satisfacer las necesidades de este ámbito, pero que no está exento de tener ciertos puntos en contra. Da facilidades, por supuesto; pero no hay que olvidar que se trata de un préstamo a fin de cuentas.

Aunque haya iniciativas como el Plan Moves II para incentivar la compra de coches híbridos enchufables o eléctricos, el desembolso sigue siendo elevado. Por lo general, un automóvil completamente nuevo suele superar los 10.000 euros de precio, y eso sin contar los modelos eléctricos más modernos, que pueden ascender a los 30.000 perfectamente. Son cifras que no están al alcance de todo el mundo, por mucho que haya incentivos que apliquen potentes rebajas.

Por eso mismo, el mercado de los coches de segunda mano sigue teniendo tanta actividad. Los compradores pueden hacerse con vehículos de buenas prestaciones sin tener que pagar las mismas cantidades de dinero que por modelos completamente nuevos. No obstante, suelen ser vehículos con cierto rodaje y, aunque deben tener garantías, es inevitable que haya ciertas averías al poco tiempo de su compra.

El mercado de los vehículos de ocasión tiene mucha fuerza en España, de hecho, hasta hay datos estadísticos que reflejan cuáles son los más vendidos del país. Y sí, para comprar estos también se pueden usar esos préstamos para vehículos. Vamos a entrar ahora en materia con ellos para ver cuáles son sus características y qué se puede encontrar a la hora de contratar y pedir uno.

Las características habituales de los préstamos para coches

Lo primero que hay que destacar es que, realmente, no se trata de productos financieros específicos para este sector. Cualquier usuario que consulte en comparadores y webs dedicadas puede comprobar que son préstamos que se ofrecen tanto a través de oficinas como de internet, y que simplemente responden a una serie de cualidades comunes, ajustadas a lo que se suele necesitar para pagar un vehículo.

Son productos con unos importes que suelen ir desde los 300 hasta los 10.000 euros o incluso más, que manejan plazos de devolución que oscilan entre los 2 y los 96 meses. Se pueden pedir tanto a través de internet como personándose en las oficinas de financieras o bancos, aunque actualmente la mejor opción, por velocidad y por comodidad, es la del formulario online. Entras en la web, indicas el dinero, los plazos, das datos y esperas la confirmación. La tienes en minutos y, si es positiva, el dinero llega casi al momento.

Ahora bien, que sean una buena solución no indica que no sean una que tenga inconvenientes. El más destacables es el de los intereses. Una financiera o un banco jamás van a dar un crédito sin algún tipo de interés, cosa que lleva a pagar más de lo que valdría el vehículo, sea nuevo o de segunda mano. Asimismo, aunque sea una deuda repartida en el tiempo, sigue siendo una deuda. No te restan dinero a pagar, te lo suman; pero la diferencia está en que lo reparten para abonarlo en cuotas más llevaderas.

Ciertamente, es una de las mejores vías de pagar un vehículo. La alternativa es el pago total al momento, aunque para eso hace falta disponer de una suma de dinero que muy pocas personas pueden ahorrar.

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