Las principales marcas de automoción están luchando con fuerza para conseguir ser la primera que estandarice el coche conectado, el que lleve las mejores y más eficaces aplicaciones. Que los coches conduzcan solos es sólo uno de los pilares del coche del futuro, ahora mismo, los fabricantes están volcados en adaptar las nuevas tecnologías que ya utilizamos en nuestro día a día a la conducción.

Es el caso del grupo Continental que ha marcado una línea clara en su estrategia de futuro: mejorar la seguridad a través de la conectividad. El fabricante alemán se marca como objetivo que los coches que circulen por las carreteras dispongan de la tecnología de la comunicación entre vehículos o car-to-car (C2C). Con esta tecnología se consigue que cada vehículo detecte a los que estén a su alrededor y prevea sus movimientos, algo que podría salvar muchas vidas en el futuro.

“Si continuamos avanzando hacia el coche conectado y lo integramos en internet, las personas y su seguridad deben ser el centro de atención”, aseguró Elmar Degenhart, consejero delegado de la compañía. Según la visión de Degenhart, el coche del futuro recibirá información a través de internet y a cambio él transmitirá su propia información a la nube, lo que le hará estar conectado con otros vehículos.

El principal objetivo de este sistema “no es recopilar los datos del conductor” como adelanta Degenhart, si no “estar siempre en alerta y detectar posibles peligros con antelación”, serán “nuestro amigo el previsor”. Además de ganar en seguridad, el conductor gana en “comodidad y eficiencia”.

Continental ya fue una de las pioneras en sistemas de frenada de emergencia (EBA). En 1999 la compañía inició su primer proyecto de producción en serie para el Mercedes Benz Clase S. Desde entonces, ha proyectado más de 100 para sistemas de asistencia de frenado de todo tipo de fabricantes.