Continental suministra más de 50 componentes y sistemas al nuevo BMW i8 “para hacer este modelo más ecológico, cómodo y seguro”, según el fabricante.

Entre otras, Continental aporta la tecnología para el turbocompresor de alto rendimiento utilizado en el motor de tres cilindros y 1.5 litros del modelo premium de la marca alemana. La combinación de la inyección directa con un turbo de alta eficiencia consigue un alto rendimiento, bajos consumos y reducidas emisiones de CO2. El turbo con carcasa de acero eleva la potencia del propulsor hasta los 234 CV.

El fabricante también suministra el sistema de frenos híbrido MK 100 ESC Premium, que ha sido desarrollado para apoyar la recuperación energética de los vehículos híbridos y eléctricos. Durante el frenado, la energía cinética del vehículo se recupera en forma de energía eléctrica para recargar la batería. El control electrónico de estabilidad también se integra en este sistema para hacer la conducción más ecológica y segura. Este sistema añade funciones de seguridad y asistencia al conductor del i8, como el asistente a la frenada de emergencia o la ayuda para la salida en pendientes.

Por otro lado, las líneas para los circuitos de calefacción y refrigeración del i8 plantean un desafío particular porque están compuestas por más de 30 manguitos y tubos de aluminio y plástico que superan los 31 metros de longitud. El uso de tubos plásticos extruidos "juega un papel clave en la reducción de peso" a juicio de Continental, mientras que los manguitos de elastómero sólo se han utilizado en el vano motor. Para conectar de forma segura estos nuevos tubos de plástico, el fabricante ha desarrollado varios conectores y acoplamientos rápidos. Éstos garantizan conexiones herméticas a pesar del reducido espesor de las paredes del tubo.

Entre los más de 50 componentes también se incluyen láminas Beneron para proteger de arañazos, sistema de monitorización de presión de neumáticos (TMPS), correas acanaladas para el sistema de arranque y los soportes del motor de combustión.