Cuando la OCU denunció recientemente que Volkswagen no está reparando los vehículos afectados por el escándalo de las emisiones contaminantes, tenía motivos para hacerlo.

Y es que, a excepción del Volkswagen Amarok, cuyas reparaciones comenzaron en enero, el calendario de revisiones se ha pospuesto en varias ocasiones y los 160.000 propietarios de los Passat afectados pendientes de revisión siguen esperando una llamada para visitar el taller.

Según los medios alemanes, un portavoz del fabricante ha confirmado el retraso y ha calificado de “especulaciones” los rumores que señalan que la demora se debe a un aumento de consumo tras la actualización del software.

Al parecer, son las autoridades las que están aún comprobando si el cambio afecta a las emisiones y al consumo de combustible. “Tenemos que garantizar que las emisiones sonoras y de CO2 son exactamente iguales que antes de la reparación”, ha afirmado el portavoz.

Según la marca, la Oficina Federal de Vehículos a Motor alemana (KBA) tendría que haber emitido la autorización para dar luz verde a las reparaciones después de Semana Santa.

Puede que la decisión de la KBA de sustituir a los técnicos de Volkswagen por otros independientes en parte del proceso haya sido la causa por la que la autorización no esté ya sobre la mesa, según el portavoz del fabricante.

La segunda llamada a revisión será la relativa a los Passat, Audi A4, Audi A5 y Skoda Superb, equipados con motor diésel de dos litros. Las reparaciones de los modelos de Seat entrarán en una tercera oleada de revisiones.

Una vez que Volkswagen haya reparado los 2,5 millones de coches afectados en Alemania, pondrá en marcha las reparaciones en el resto de países de la Unión Europea.

En EE. UU., el grupo tiene de plazo hasta el 21 de abril para ofrecer una solución para los 600.000 vehículos afectados por el ‘diselegate’.