El concesionario Ford Antonio Bravo, el más antiguo de Extremadura y en funcionamiento desde 1976, cierra sus puertas. Tal y como informa Canal Extremadura, el cierre acontecido en marzo se ha debido a  "problemas del sector durante la pandemia y discrepancias de gestión entre varios miembros de la familia propietaria".

El medio centenar de trabajadores, que se encuentra a la espera de cobrar la nómina de febrero y sus indemnizaciones, se encontrarán ahora con el problema añadido de que no podrán engrosar las listas del paro o trabajar en otros concesionarios hasta resolverse la liquidación de la empresa, que presentó la semana pasada el concurso de acreedores.

Tanto los clientes de Ford como externos que quieran hacer uso del taller oficial, podrá acudir a los concesionarios Maven e Hijos, que precisamente ha abierto nuevos concesionarios en Badajoz y Mérida. "El servicio de venta y posventa se va a seguir prestando igual en las dos ciudades pero en una ubicación distinta", ha explicado su director de comunicación, Maximiliano González.