Chapa y pintura | Qué precauciones se deben tomar al reparar elementos de acero

Loctite publica un post en el que aconseja los pasos que hay que seguir y las herramientas que se deben utilizar.

Para evitar complicaciones, es conveniente seguir un orden al usar las técnicas de reparación
Para evitar complicaciones, es conveniente seguir un orden al usar las técnicas de reparación

A la hora de reparar cualquier componente de un coche, es necesario tomar una serie de precauciones con el fin de mejorar la productividad, eliminar improvisaciones, seguir un proceso ordenado y evitar contratiempos, tal y como publica Loctite en un post en su blog.

Para ello, durante la reparación se deben limpiar y delimitar los desperfectos, y, a continuación, elegir las herramientas adecuadas. También es conveniente observar si hay daños indirectos (costillas) que provoquen fuerzas contrarias a las del desabollado. Cuando estas sean leves, se deben eliminar con un mazo de goma o madera, pero si presentan mayor resistencia, habrá que golpearlas directamente con el martillo de carrocero.

En el caso de que los desabollados iniciales y restitución de líneas y nervios tengan una resistencia considerable, el golpeo debe hacerse con martillos de bola o mazas de hierro, o utilizar gatos expansores de desabollado para la zona más hundida.

Además, el post aconseja golpear la superficie con el martillo de repasar o la lima de carrocero planos para evitar marcas y para tareas precisas de conformado cuando se empleen técnicas como la corrección de daños indirectos y desabollados directos e indirectos, entre otros.

La lima de repasar o un martillo de carrocero con la boca estriada también son recomendables para golpear la chapa de forma reiterada durante el batido. De esta forma, existe la posibilidad de incrementar el número de golpes para alcanzar un mejor conformado del daño, a la vez que se reduce el sobreestiramiento del metal. Además, los picos o puntos elevados pueden repararse con el golpe directo de refilón con la peña del martillo.

Los profesionales de Loctite aconsejan no eliminar la pintura hasta que la chapa esté totalmente desabollada y alineada, ya que esta amortigua parte del golpe y reduce el riesgo de sobreestiramiento, aunque este puede corregirse con la aplicación de calor, tras lo cual es recomendable dar unos golpes suaves a lo largo del daño.

Por otro lado, para evitar complicaciones en el proceso de reparación, es conveniente seguir un orden al usar dichas técnicas: verificar daños indirectos; extraer y desabollar golpe; aplanar puntos altos; repasar la superficie desabollada; proceder al recogido, si la chapa ha quedado sobreestirada, y repetir los pasos que sean necesarios.

El artículo de Loctite también apunta cuál es el proceso de reparación de daños con técnicas mecánicas. En primer lugar, señala que se deben colocar los EPI necesarios y usar elementos de protección; identificar, marcar y valorar los daños; desmontar los elementos que dificulten la reparación; proteger los elementos susceptibles de ser estropeados; eliminar tensiones internas, y extraer el golpe.

Posteriormente, se debe verificar que no queden zonas elevadas o hundidas y que la chapa no haya quedado sobreestirada. Si lo estuviese, se debe recoger la superficie. Y si esta ha perdido alineación, hay que aplicar de nuevo las técnicas de desabollado.

Tras batir y repasar la chapa, se elimina la pintura con un disco tridimensional o de púas, se escalonan los bordes, se sopla la superficie y se desengrasa. A continuación, se aplica una masilla, se lija y se protege el metal desnudo con productos anticorrosivos.

Finalmente, se prepara el soporte para aparejar (lijado fino, matizado, enmascarado y desengrasado), se pintan las piezas afectadas y se colocan los elementos desmontados, comprobando su funcionamiento si fuese necesario.

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