Siempre me he preguntado cuáles son las condiciones que tiene que cumplir un cliente para que su aseguradora lo tire. Lo de tirar no es que lo diga yo, lo dice el cliente cuando entrando hecho una furia por la puerta comenta, "qué te parece, me ha llamado mi aseguradora y me ha dicho que me tira". Os aseguro que no me invento ni una coma.

Uno podría pensar que el principal motivo sería la alta siniestralidad, pero viendo lo que veo a diario, la gran mayoría de casos no me cuadra en esa teoría. La verdad es que el cliente se queda descolocado. Eso de que te tiren nunca sienta bien y uno se siente como defraudado y preguntándose que ha hecho para merecer eso. Hace unas semanas me encontré con un caso. Un cliente, con 20 años en la misma aseguradora y los últimos 10 a todo riesgo, con dos siniestros que yo considero leves es suficiente para que su aseguradora no lo quiera como cliente.

Aunque son pocas, todavía existen aseguradoras que no son capaces de poner todo su esfuerzo en dar el mejor servicio a su cliente para que éste siga confiando en ella. Deberían invertir la misma energía que utilizan para contratarlos en mantenerlos. Muchos de ellos piensan que se trata mejor a los nuevos clientes que a los fieles que llevan muchos años en la compañía, "y encima me tiran".

El servicio al cliente no termina cuando éste da el parte a su aseguradora. Termina cuando  tiene su coche aparcado en la puerta de su casa. Por la parte que nos toca, los talleres, no os preocupéis, no podemos permitirnos el lujo de hacerlo mal, pues de ello depende nuestra existencia y la de nuestras familias. Pero se debería revisar el proceso hasta el final y eliminar todas las piedras del camino que hacen que el cliente acabe descontento con su aseguradora y se lo transmita a sus amigos y conocidos.

¿A ti te han tirado alguna vez?