Reparación | Cómo ayuda el ‘menú de precios cerrados’ en el taller

Sus beneficios, confianza en el usuario y rentabilidad a los centros.

Las operaciones estandarizadas suponen para al taller rapidez y competitividad.
Las operaciones estandarizadas suponen para al taller rapidez y competitividad.

El menú de precios cerrados es un sistema de venta habitual en operaciones de mecánica y mantenimiento que aporta ventajas a talleres y usuarios. De esta manera, la incertidumbre de no saber cuánto nos va a costar dejar nuestro coche en el taller se diluye e, incluso, provoca un abaratamiento de los servicios.

Así lo explica Cesvimap en una publicación que detalla diversos beneficios que aporta este sistema como la transparencia que percibe el usuario y la confianza que se deriva al respetarse el precio acordado.

Las operaciones realizadas son concretas y estandarizadas, lo cual supone para el taller rapidez y competitividad.

Todo ello repercute en el taller que, como explica el centro de experimentación de Mapfre, puede ampliar la oferta de servicios, aumentar el número de clientes, incrementar su fidelidad, mejorar la imagen de la empresa y, en consecuencia, conseguir mayor rentabilidad.

En lo que se refiere al área de carrocería y pintura, el menú de precios va más allá de definir una cantidad de dinero. Debido a la complejidad de este tipo de operaciones, en comparación con las mecánicas, es necesario tipificar las intervenciones y estandarizarlas.

Para ello, Cesvimap recomienda centrarse en el repintado de piezas de chapa y plástico, que no necesiten reparación, pintado de llantas, acondicionamiento de faros, reparación de parabrisas y sustitución de lunas (dejando como importe adicional la variable “recambio”).

Toda esta estrategia en torno al precio, elemento fundamental para la política comercial de la empresa, es crucial en la decisión de compra y permite a los centros diferenciarse entre sí, posicionarse y ganar clientes.

Pero, además, hay que establecer un sistema de marketing para promocionar nuestro servicio. Este se basa en la cartelería (con pocas unidades generan un importante impacto visual), que debe ser reconocible y estar bien ubicada; las nuevas tecnologías (página web, redes sociales y contacto por móvil con Whatsapp y SMS), donde se pueden buscar opiniones y referencias, y, por último, el tradicional boca-oreja.

Cesvimap destaca que “el menú de precios cerrados está pensado para trabajar y satisfacer al cliente, sin embargo, la responsabilidad de su éxito no debe recaer en la mera exposición de un cartel en la recepción. Es una potente herramienta de venta que el asesor de servicio tiene que hacer suya”.

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