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| La llave maestra para la rentabilidad del taller | -

Los reparadores tienen muy cerca la herramienta para salir de las imposiciones de las aseguradoras, dentro de su propio taller, al alcance de su mano y sin necesitar de nadie para cambiar su situación. Es todo lo contrario a esperar a que las aseguradoras, por propio voluntad, renuncien a su situación de privilegio y dominio...

La llava maestra pasa por ejercer una política activa de fidelización y asesoramiento al cliente
La llava maestra pasa por ejercer una política activa de fidelización y asesoramiento al cliente

Cuando tenemos un "problema" o estamos ante una situación negativa, sólo nos centramos en sus consecuencias y estas nos hacen perder perspectiva y análisis de las causas que lo generan. Y, con ello, de las soluciones o herramientas que disponemos para salir de esta situación negativa. El taller, con respecto a la rentabilidad e independencia de las reparaciones de vehículos por siniestros de circulación tiene muy cerca la herramienta para salir de ella, dentro de su propio taller, al alcance de su mano y sin necesitar de nadie para cambiar su situación.

Tal como exponíamos en el artículo 'El Convenio de Compensación Directa entre aseguradoras, el principio del fin de la rentabilidad del taller', las aseguradoras han logrado imponer una serie de procesos y conceptos alrededor de la reparación de los vehículos por siniestros de circulación, consiguiendo que todos los proveedores de servicios y los consumidores “aceptaran”, no solo como normales, sino como la única forma de gestión y tramitación de una reparación. Lo hacen incluso “vendiendo” dentro de este convenio que dichas pautas serían beneficiosas para los perjudicados, ya que se agilizarían las indemnizaciones que a estos les corresponde… y claro, agilizarse se agilizan y más teniendo en cuenta que la Ley de Responsabilidad Civil de vehículos a motor otorga a las aseguradoras un tiempo ilógico y que perjudica a los perjudicados por daños materiales como analizamos en el artículo Temporalidad ilógica e injusta para que las aseguradoras afronten sus obligaciones, pero esta supuesta agilidad, es a costa de la rentabilidad del taller y de la vulneración de los derechos de los asegurados.

Por resumir, las aseguradoras han conseguido asustar al cliente y que este no sea consciente de sus derechos y obligaciones, para así poder imponer unas reglas y procesos en la reparación destinadas a cubrir sus necesidades empresariales e intereses de un mercado de prima de seguro bajista y especuladora. Condiciones que han llevado al taller a reparar estos vehículo sin apenas rentabilidad y, en muchas casos, con el coste de mano de obra a pérdidas. Ahora, hay muchos talleres esperando a que las aseguradoras dejen de ganar dinero o aumenten sus pérdidas para que los proveedores se beneficien subiendo el coste de reparación. Y si hay alguien que está esperanzado en que esto pase a corto plazo por la subida de primas que el sector asegurador en el ramo de autos está experimentando en los últimos tiempos... Siento ser aguafiestas, pero las subidas de las aseguradoras van enfocadas a recuperar las pérdidas y ponerse en rentabilidad positiva, por lo que aún están lejos de márgenes que les permitan cambiar la reglas por su propia voluntad o interés.

La negociación podría llegar a ser lógica, pero la imposición y la dependencia está llevando al taller a su desaparición.

El sector de la reparación tiene que entender que sus intereses están encontrados con los de las aseguradoras, es decir, el taller quiere cobrar el precio que tiene establecido para cubrir sus gastos y obtener algún tipo de beneficio (como cualquier actividad empresarial requiere para su continuidad) y, por otro lado, las aseguradoras buscan tener un control del coste y reducir este en los siniestros para aumentar su rentabilidad sobre la prima cobrada a los clientes. Y que estén encontrados en una situación normal de mercado no sería un problema, incluso en algún concepto puede incluso tener algo de lógica que existan negociaciones entre ambos sectores, pero el taller tiene que ser consciente de que sin fuerza, no tiene la capacidad de ejercer el poder necesario que requiere toda negociación, para que no exista la imposición de unas de las partes.

El taller tiene dentro de su negocio la 'kriptonita' que las aseguradoras han aislado para poder mantener esta situación

Y la llave maestra que otorga al taller esa fuerza que requiere o bien para negociar con las aseguradoras o bien para no estar supeditados a la voluntad e intereses de estas, no es otra que sus clientes (este es el mayor valor y activo de cualquier empresa), y más concretamente, los derechos que estos tienen cuando padecen un siniestro de circulación, ya sean como asegurados a través de la garantía de daños propios de sus pólizas de seguro o bien como perjudicados a través de la garantía de responsabilidad civil de la póliza de seguro del causante del siniestro. Sobre estos derechos, no existe negociación ni compromisos de pago por parte de las aseguradoras, antes estos derechos, solo existe la obligación que las aseguradoras tiene ante el cumplimiento de los mismos, y con ello, la solución al problema de rentabilidad e independencia de las reparaciones derivadas por siniestro de circulación.

Si las reparaciones por siniestros de circulación del taller se realizaran atendiendo a los derechos y normas que las regulan, la rentabilidad del taller sería el menor de los problemas en su actividad.

¿Y es fácil? No lo es, pero el taller tiene que ser consciente que llegados a esta situación, toda alternativa y solución requiere de grandes esfuerzos. Todo aquel taller que quiera sobrevivir a esta situación de mercado y obtener la rentabilidad por la que todo empresario lucha y expone su vida tiene solo dos opciones:

  • Seguir esperando a que las aseguradoras por propio voluntad renuncien a su situación de privilegio y dominio...
  • O empezar a trabajar de forma activa con sus clientes, ofreciendo asesoramiento e información de sus derechos y obligaciones, establecer procesos de reparación basados en los derechos que estos tienen, realizando campañas de fidelización o atracción de clientes que hayan sufrido algún siniestro y, de esta forma, además de ofrecer un servicio aún más profesional a sus clientes. Se trata de poner a estos y a sus derechos del lado del taller, que es la llave maestra para aumentar la rentabilidad de estas reparaciones.

En el próximo artículo expondremos los derechos y obligaciones que tienen los clientes del taller cuando reparan por un siniestro de circulación y daremos algunas alternativas de gestión de esta tipología de clientes.

Eso sí, os adelantamos por la experiencia que tenemos en nuestra empresa, que cuando al cliente se le asesora, informa y apoya, es mucho más propenso a reclamar sus derechos y lo que le pertenece de lo que los talleres creen en un principio…

Sobre el autor

Antonio Escribano y Fran Mayorgas, fundadores de Gestroauto, compartirán el análisis que durante dos años han desarrollado para desmontar "pieza por pieza", aquellas causas que han permitido a las aseguradoras implantar procesos de control y supeditar la actividad y rentabilidad de muchísimos talleres. Todo con el objetivo de que los empresarios "cambien dinámicas".

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