El volumen de reparaciones registrado en 2010 en España (incluidos turismos, todoterrenos, industriales y motos) cayó el 2,1%. El coste medio se redujo en algo más del 1,9% y se situó en torno a los 1.000 euros. La caída del precio sólo se vio frenada por el coste añadido que supone el mayor componente tecnológico de los últimos modelos, con un mantenimiento y una mano de obra más caros.

El menor uso de los vehículos, debido a la disminución de los trayectos por carretera y el encarecimiento de los combustibles, se ha traducido en una bajada generalizada de la siniestralidad. Asimismo, la rebaja de la cobertura de las pólizas aseguradoras (limitadas a daños a terceros) y la caída de los mantenimientos preventivos del vehículo para ahorrar costes también contribuyen a esta situación de bajada de la demanda de reparaciones. Al menos, estos son los factores principales que apunta el estudio realizado por Audatex.

Sin embargo, la compañía especializada en valoración de siniestros también contempla el envejecimiento del parque automovilístico, derivado del descenso de las matriculaciones, como otra de las principales causas de esta situación. Este análisis resulta paradójico, puesto que la mayor antigüedad de los automóviles que circulan por nuestro país hace que requieran, de entrada, más intervenciones y mantenimiento, lo que supondría mayores oportunidades para los reparadores.