Reparación | El fin de la renta antigua, ¿un problema real para el taller?

Unos 200.000 pequeños negocios en España se verían expuestos a un aumento del alquiler desde 2015, según UPTA.

Los talleres no paecen preocupados por el fin de la renta antigua
Los talleres no paecen preocupados por el fin de la renta antigua

Unos 200.000 establecimientos de comercio minorista, hostelería y talleres de reparación podrían verse afectados desde 2015 por un posible aumento de las rentas de alquiler. Esto se debería, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), a la finalización de la moratoria establecida para los llamados alquileres de renta antigua.

Según la organización, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1994 articuló una moratoria de 20 años para la finalización de los alquileres de locales arrendados en virtud de la ley de 1964, que permitía entre otros el traspaso de las condiciones a los herederos del arrendatario, una situación en la que se encuentran actualmente muchos negocios.

Este plazo concluye a finales de 2014 y permitirá a los dueños de los locales modificar las condiciones de los contratos de manera unilateral. Una circunstancia que, según ha explicado la patronal de talleres Conepa a Infotaller.tv, no inquieta de momento a los reparadores.

“Por el momento no hemos recibido consultas al respecto por parte de talleres que pudieran verse afectados por el fin de esta moratoria y, en principio, tampoco las esperamos”, explica Nuria Álvarez, responsable de Relaciones Institucionales y Comunicación de la patronal.

Según Conepa, hay varios factores que pueden hacer que los talleres se vean afectados en menor medida por este cambio. Entre ellos, el hecho de que muchos hayan abandonado en los últimos 20 años el centro de las localidades para trasladarse a polígonos industriales. Esto habría facilitado, además, una bajada de precios en los alquileres de los locales que habría permitido firmar contratos nuevos en los establecimientos céntricos.

Por otra parte, los talleres han tenido que adecuar sus instalaciones a las nuevas normativas, como las relativas a seguridad en el trabajo o medio ambiente. Inversiones que corrían el riesgo de perder si el contrato de alquiler no estaba del todo claro.

En cualquier caso, los talleres que se podrían ver más afectados por este cambio de normativa serían los que ocupan locales de renta antigua situados en zonas comerciales céntricas en las que los alquileres tienen un precio de mercado muy elevado.

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