Son numerosas las noticias sobre incendios en talleres que dejan el negocio impracticable. Un siniestro de este tipo puede suponer la ruina definitiva del propietario del taller si no cuenta con una póliza de seguro que cubra los daños realmente importantes. Aunque las pólizas de seguro incluyen diversas coberturas (gastos de limpieza, desescombrado, honorarios de bomberos, defensa jurídica, fianzas, etc.), la asociación de talleres coruñesa Atreve recuerda la importancia de tener correctamente contratadas estas cuatro, que son las fundamentales:

1. Daños propios a consecuencia del incendio. Esta garantía está amparada por el seguro multirriesgo. Es necesario que los capitales sean suficientes para cubrir los daños. Existen muchos talleres con capitales muy por debajo de sus necesidades, un ahorro a corto plazo que en una situación como está implicaría no disponer de capital suficiente para volver a poner en marcha la actividad. Asimismo, la maquinaria debe estar asegurada a valor de reposición a nuevo, ya que con frecuencia los seguros aseguran a valor real, lo que rebaja su valor al aplicar la depreciación por antigüedad, pese a que la maquinaria que compremos para sustituir la dañada sea nueva.
   
2. Pérdida de beneficios. También está amparada por el seguro multirriesgo. Esta garantía abona los gastos fijos que siguen generándose aunque el taller esté cerrado mientras se reparan los daños: alquiler, contratos de suministros y servicios, nóminas, Seguridad Social, etc...
   
   
3. Daños a colindantes y terceros. Esta garantía amparada por el seguro de responsabilidad civil. Los daños a los vecinos de los pisos superiores o los edificios colindantes han de ser abonados por el seguro de responsabilidad civil. En caso de que haya que demoler el edificio por daños estructurales, el importe de estos daños puede ser muy elevado. Por ello, las pólizas con límites de 300.000 euros o inferiores que muchos talleres tienen contratadas son insuficientes.
4. Daños a los vehículos de los clientes. Según el caso, está garantía amparada por el seguro de responsabilidad civil y por el seguro multirriesgo. Vigilar que no se hayan establecido límites por vehículo muy bajos, que no serán suficientes para cubrir el valor real de los vehículos.