Muchos conductores seguramente se plantean cómo será ese coche fantástico, ese coche del futuro que, como si diera vida a nuestro icono de los ochenta, Kitt, nos transportará al mañana casi volando y de una forma mágica. Voladores, con diseños imposibles o que conduzcan completamente solos son algunos de los sueños que todos hemos tenido y que no están lejos de hacerse realidad.

Además, como profesionales del taller, seguro que muchos os habréis planteado cómo afectarán los modelos del futuro a vuestros negocios. ¿Cambiarán mucho? ¿Necesitarán también convertirse, por así decirlo, en “talleres fantásticos”? Aunque todavía las calles no parecen fotogramas de una película de ciencia-ficción, los coches nuevos de hoy día empiezan a tener matices de esas ensoñaciones futuristas. ¿Quién iba a pensar hace 20 años que los coches híbridos y eléctricos serían una realidad hoy?

Exagerando un poco, tal vez no podamos predecir si nuestros mecánicos irán con trajes plateados casi de astronautas para reparar los coches de los próximos 25 años, pero sí podemos augurar ya cómo será la relación de esos vehículos con el taller. Y es que, partiendo de datos reales, sabemos cómo será la movilidad del futuro y qué esperan y demandan los conductores europeos. El reciente estudio El Coche del Mañana, realizado por la consultora AutoScout24 entre más 9.000 conductores de siete países europeos, entre ellos España, nos da la pista de ello y nos plantea todo un abanico de posibilidades que ya están aquí y que abre la puerta al futuro de un vehículo hiperconectado.

¿Y cómo afectará esa superconexión a los negocios de posventa? La seguridad seguirá siendo el mayor reto y a la vez la mayor exigencia de los automovilistas, que contarán con sistemas de comunicación cada vez más sofisticados y que querrán, por supuesto, tener incorporados a sus vehículos. La clave será, por tanto, la tecnología. TECNOLOGÍA con mayúsculas. Y es que si el 81,6% de los españoles espera que la caja negra, por ejemplo, forme parte del equipamiento de serie del vehículo en 25 años, cada vez está más claro cómo se irá dibujando la relación coche-taller del futuro. Y es que el taller deberá formar parte de esa supraRed interconectada.

Pero empecemos por el principio… De manera general, más del 80% de los automovilistas europeos considera fundamental que el vehículo pueda reconocer el peligro e intervenir de forma activa en situaciones de riesgo. Esto significa, por ejemplo, que la función de eCall será un “must have” o, lo que es lo mismo, un imprescindible, ya que en caso de accidente el coche llamará de manera automática a los servicios de emergencia y estos localizarán en tiempo real su situación, pudiendo incluso hablar con los pasajeros.

Pero esa conectividad no sólo podrá aprovecharse en caso de siniestro, sino también para las denominadas bCall, en las que el vehículo avise al conductor sobre cuándo tiene que acudir al taller, cuándo tiene que cambiar el aceite o cuál es el servicio más cercano para hacerle una revisión antes de salir de viaje o para arreglar el pinchazo de una rueda.

De hecho, no es extraño que casi el 80% de los conductores espere que el coche esté conectado permanentemente a internet y, por extensión, a los talleres de la zona por la que estará circulando.

Y no sólo eso. ¿Sabías que dos de cada tres españoles desean que su coche esté perfectamente sincronizado con su smartphone y conectado a las soluciones telemáticas de autoridades, aseguradoras y talleres? Así, si se avería o tiene algún problema técnico, el vehículo del futuro avisará sobre si puede solucionarse por sí mismo, si necesita asistencia y es necesario enviar automáticamente un diagnóstico al servicio técnico o llevar el coche al taller más cercano.

Como vemos, para los conductores del año 2038, el coche no será sólo un medio de transporte, sino una solución imprescindible para hacer más fácil, seguro y llevadero su día a día. ¿Estarán los talleres preparados para asumir el reto? La cuenta atrás ya ha comenzado.