La prevención es uno de los consejos más recurrentes que dan los profesionales mecánicos. “Escuchar” el coche y estar alerta ante cualquier síntoma puede ahorrar al cliente mucho dinero y, al mecánico varias horas. Una de las averías más frecuentes está relacionada con el motor de arranque.

Este componente se encarga de transformar energía eléctrica en energía mecánica. Normalmente, hasta que no falla el usuario no se suele dar cuenta, sin embargo, hay pistas que alertan de un mal funcionamiento previo. Por un lado, cuando el vehículo, a pesar de estar al día en todas sus revisiones, no arranca de forma suave y a la primera, es momento de acudir a un taller para que revisen el motor de arranque.

Por otro, en las épocas del año más frías esta pieza es una de las que más sufren. A los engranajes les cuesta más moverse y por lo tanto el inicio de la marcha no es fluido. Revisarlo antes de que llegue el invierno es clave para no llevarse sustos.

Además, hay que prestar atención al sonido del motor, ya que si al hacer contacto se escuchan ruidos extraños también puede proceder de un fallo en el motor de arranque.

Los profesionales mecánicos se encargarán de mantener a punto el encendido del motor para evitar sorpresas inesperadas. Llevarán a cabo un correcto mantenimiento tanto del motor eléctrico, el relé y el engranaje. Además, se encargarán de revisar todos los fusibles del bloque motor para que estén en perfecto estado.