Liqui Moly logró unos beneficios de 52,6 millones de euros en 2018, una cifra que supone un aumento del 2% en comparación con el ejercicio anterior. En la misma proporción logró un aumento en cuanto a las ventas. El pasado año esta cifra se situó en 544 millones de euros.

Desde la compañía han destacado que el 2018 ha sido un año complicado para el negocio, ya que “, el precio extremadamente volátil del crudo fue sin duda el mayor generador de costes”, explica Ernst Prost, director Gerente de la empresa. “Los precios de las materias primas determinan en gran medida los costes totales en la fabricación de lubricantes”, añade.

Además, con un balance general de 175 millones de euros, la empresa refleja una cuota de fondos propios del 83%. También, destacan que no tienen ningún tipo de deuda con los bancos.

Por otro lado, también han señalado que invertirán 25 millones de euros en la construcción de un centro de distribución cerca de la fábrica de aceite. Al lado de almacén de depósitos ya existente se construirá el centro de distribución con capacidad para 50.000 palets.