La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados Unidos ha anunciado que revisará una petición en la que se solicita una investigación de 500.000 vehículos de la firma Tesla por aceleración repentina no intencionada.

Los modelos afectados son el Tesla Model S (versiones de 2012 a 2019), el Model X (de 2016 a 2019) y el Model 3 (de 2018 y 2019) de acuerdo con las 127 denuncias de consumidores a la entidad estadounidense a partir de las cuales los informes recogen que se han producido por este problema 110 choques y 52 lesiones, según informa Reuters.

Entre los incidentes descritos se detalla la aceleración repentina a la hora de aparcar, al estar en movimiento entre el tráfico o mientras se usan sistemas de asistencia, con los consiguientes accidentes.

Aunque dichos incidentes han tenido lugar en Estados Unidos, aún está por ver si los modelos que circulan por Europa podrían tener estos mismos problemas.

Por otro lado, la firma Elon Musk señaló en octubre que estaba investigando si debería haber retirado 2.000 coches eléctricos en mayo en lugar de ofrecer una actualización de software para arreglar un posible defecto que habría desencadenado incendios de la batería en los modelos S y X de los años 2012 a 2019.

Asimismo, la NHTSA está investigando el accidente de un Tesla Model 3 el pasado 29 de diciembre en el que murió un pasajero tras colisionar contra un camión de bomberos en Estados Unidos en un momento en el que es probable que estuviera activado el piloto automático u otro sistema de asistencia al conductor.

Por su parte, el fabricante estadounidense de automóviles eléctricos ha negado que sus vehículos aceleren de forma inintencionada. "En otras palabras, el coche acelera si, y solo si, el conducir le dice que lo haga, y frena o se detiene cuando el conductor acciona el freno", asegura la empresa en un comunicado.