Reparación | Consejos para proteger a los mecánicos frente a aceites y emisiones diésel en los talleres

Atra ofrece una guía de actuación, elaborada por Taprega, y explica que la implantación de valores límite para determinados agentes cancerígenos o mutágenos contribuirá a reducir de manera significativa los riesgos derivados de estas exposiciones a los trabajadores en sus centros.

El nuevo Real Decreto aumentará el nivel de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores
El nuevo Real Decreto aumentará el nivel de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores

El Real Decreto 427/2021, de 15 de junio, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos durante el trabajo, que modifica el Real Decreto 665/1997, de 12 de mayo, incluye dos novedades que suponen una importante afectación para los talleres de reparación de vehículos: aceites minerales usados y valor límite de exposición a humos diésel.

Esto obliga a los talleres y, en general, todos los sectores en los que en su actividad se trate con estas sustancias, a implementar las nuevas normas, señala Enrique García Moreira, técnico Superior de Prevención de Riesgos Laborales de Taprega, empresa colaboradora de la Asociación de Talleres de Pontevedra (ATRA), quien asegura que mediante la modificación del Real Decreto 665/1997, aumentará el nivel de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores, dado que la implantación de valores límite para determinados agentes cancerígenos o mutágenos contribuirá a reducir de manera significativa los riesgos derivados de estas exposiciones.

Si como resultado de la evaluación de riesgos se pusiera de manifiesto un peligro para la seguridad o la salud de los trabajadores, el empresario deberá establecer medidas prevención y reducción de la exposición y medidas de higiene frente a estos agentes cancerígenos, tal y como aplican los artículos 5 y 6 del RD 665/1997.

Esto supone una importante afectación para los talleres de reparación de vehículos, debido al posible contacto con aceites minerales usados en motores de combustión interna, principalmente, en operaciones como cambios de aceite y filtros y reparaciones en motores, así como en ciertas zonas del taller, debido a las emisiones de los motores de gasóleo, dado el establecimiento de un valor límite de exposición a humos diésel.

Medidas preventivas

Respecto a los aceites minerales, el Real Decreto establece algunas medidas preventivas que deben adoptar los talleres para proteger a los trabajadores expuestos (principalmente mecánicos), tales como el uso de guantes, obligatorio en aquellas operaciones en que haya exposición directa con el aceite mineral usado, o velar por que todos los recipientes, envases e instalaciones que contengan los aceites minerales usados estén etiquetados de forma clara y legible y colocar señales de peligro claramente visibles. También limitar al menor número posible los trabajadores expuestos o que puedan estarlo y evitar que los trabajadores fumen (actualmente prohibido por otra normativa anterior), coman o beban en las áreas donde se manipulan dichas sustancias.

Igualmente, proveer a los trabajadores de ropa de protección apropiada o de otro tipo de ropa especial adecuada, cuando la naturaleza de los trabajos lo requiera; disponer de lugares para guardar de manera separada las ropas de trabajo o de protección y las ropas de vestir (doble taquilla), y contar con un lugar determinado para el almacenamiento adecuado de los equipos de protección y verificar que se limpian y se comprueba su buen funcionamiento, si fuera posible con anterioridad y, en todo caso, después de cada utilización, reparando o sustituyendo los equipos defectuosos antes de un nuevo uso.

Asimismo, acondicionar retretes y cuartos de aseo apropiados y adecuados para uso de los trabajadores. Además, los trabajadores deben disfrutar, dentro de la jornada laboral, de diez minutos para su aseo personal antes de la comida y otros diez minutos antes de abandonar el trabajo.

El empresario se debe responsabilizar del lavado y descontaminación de la ropa de trabajo de los trabajadores expuestos, quedando prohibido que los trabajadores se lleven dicha ropa a su domicilio para tal fin, y si se contrata la actividad de lavado con una empresa especializada, debe asegurarse de que la ropa se envía en recipientes cerrados y etiquetados con las advertencias precisas.

Exposición peligrosa

Uno de los principales cambios es el establecimiento de un valor límite de exposición diaria para emisiones diésel: 0,05 mg/m3 en fracción respirable, que se aplicará partir del 21 de febrero de 2023. Aunque el efecto cancerígeno de los humos diésel ya era conocido, ahora se facilita un valor que permite determinar a partir de qué momento la exposición es peligrosa para la salud. La combustión en motores genera una gran cantidad de sustancias nocivas para la salud, como benzeno, hidrocarburos policíclicos aromáticos, hidrocarbonos y formaldehido, etcétera, que pueden desencadenar permanentes y graves problemas de salud. Incluso los motores más modernos generan sustancias nocivas invisibles.

En aplicación de los artículos 5 y 6 del RD 665/1997, los talleres deberán realizar la evaluación de riesgos y medir la exposición a los gases diésel (el valor límite entra en vigor a partir del 21 de febrero de 2023); disponer de sistemas de control de los gases por debajo de valor límite y revisión periódica de dichos niveles, mantener una adecuada ventilación; utilizar equipos de protección adecuados, reflejados y establecidos en la evaluación de los riesgos; facilitar a los trabajadores expuestos la información necesaria sobre los riesgos y proporcionar instrucciones y formación sobre las medidas preventivas; garantizar una vigilancia adecuada y específica de la salud de los trabajadores, realizando el preceptivo reconocimiento médico previo y periódico o por haberse detectado en algún trabajador algún trastorno relativo a dicha exposición.

La mejor manera de reducir la exposición a las emisiones de humos diésel es evitando su generación en origen, mediante soluciones tecnológicas en los vehículos y maquinaria que utilicen este combustible. Algunas sugerencias preventivas para reducir la exposición son garantizar una ventilación adecuada de las instalaciones, evitando combustiones diésel en recintos cerrados sin ventilación; instalar equipos de captación y eliminación de humos en los tubos de escape; reducir el tiempo de exposición al humo; limitar al menor número posible los trabajadores expuestos o que puedan estarlo; concienciar y formar al personal sobre la peligrosidad de los humos diésel; usar máscaras con filtros respiratorios en ambientes donde no se pueda evitar la presencia de humos; medir la exposición a los gases diésel. Según el artículo 3 del Real Decreto 665/1997, para aquellos agentes cancerígenos o mutágenos que no hayan podido evitarse (o sustituir por otras sustancias), el empresario del taller tiene la obligación de hacer mediciones de la exposición de los trabajadores a los agentes químicos presentes en el lugar de trabajo en la realización de las distintas operaciones, mediante las cuales se pudiera comparar el nivel de exposición real con los valores límites a los que alude la actualización del Real Decreto 665/1997.

Hidrocarburos aromáticos policíclicos

A las mezclas de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) no se asigna de momento un valor límite, ya que están pendientes nuevas investigaciones para evaluar la necesidad del mismo. Se asigna, en cambio, la notación “piel”, debido a la posibilidad de una absorción significativa de estas mezclas a través de la piel. Los PAHs están presentes en todo el medio ambiente, en el hogar, al aire libre o en el lugar de trabajo. Normalmente, no se estará expuesto a un PAH individual, sino a una mezcla de ellos, que en el taller se inhalan a través de los gases de los tubos de escape de los motores, que contienen PAHs procedentes de diferentes industrias, como la minería, el refinado del petróleo, la metalistería, la producción de compuestos químicos, el transporte y la industria eléctrica.

Se considera que las fuentes principales de exposición a los PAHs para la mayoría de la población son la inhalación de compuestos del humo del tabaco y de la madera, el aire ambiente y el consumo de PAHs en los alimentos. Para un ciudadano es prácticamente imposible evitar su exposición a PAHs, pero si la puede disminuir controlando su exposición al humo del tabaco y procurando que las combustiones en el interior de su vivienda sean las mínimas.

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