La sílice, conocida como cuarzo, puede emplearse en su forma más fina en la fabricación de los neumáticos y mezclarse con el caucho para fortalecer la banda de rodadura, lo que ayuda a reducir la resistencia a la rodadura y mejora el ahorro de combustible, al tiempo que disminuye las emisiones contaminantes. En su compromiso con la sostenibilidad y el medioambiente, Goodyear se ha marcado como objetivo para 2021 duplicar el uso de sílice de ceniza de cáscara de arroz en la producción de sus neumáticos.

Cada año se cosechan en el mundo 700 millones de toneladas de arroz, según las Naciones Unidas, por lo que se obtiene una can cantidad de cáscaras que al quemarse dejan un subproducto rico en sílice, conocido como ceniza de cáscara de arroz (RHA), un componente que se incluye en la cartera de materiales que emplea Goodyear, desde que comenzase a explotar su uso en 2013. "Cuando consideramos fuentes de materiales sustitutos, buscamos los impactos en el rendimiento del producto. En comparación con la sílice convencional a base de arena, el material de RHA era un sustituto equivalente en rendimiento", ha explicado al respecto Bob Woloszynek, ingeniero jefe de Goodyear para el desarrollo de materias primas y tecnología de refuerzo.

La incorporación de sílice ofrece un efecto positivo en el rendimiento de los neumáticos al incrementar la flexibilidad y elasticidad de la banda de rodadura a temperaturas más bajas, lo que supone una mejora de la tracción y del agarre. Asimismo, su uso mejora también la resistencia a la rodadura en comparación con el negro de carbón.

La compañía se ha marcado el objetivo de duplicar su uso para 2021, expandiendo su empleo. "Estamos muy contentos de continuar desarrollando esta tecnología a partir de algo que se habría enviado al vertedero e incluirlo en nuestros productos premium", ha concluido Woloszynek.