Neumáticos | Aspectos a tener en cuenta a la hora de cambiar el tamaño de las llantas

En ocasiones, implica sustituir también los neumáticos por unos de perfil más bajo.

El cambio de llantas puede influir en la maniobrabilidad del vehículo
El cambio de llantas puede influir en la maniobrabilidad del vehículo

Las llantas grandes están de moda. La estética todoterreno, con ruedas grandes y mayor altura sobre el suelo, ha calado en muchos conductores, que a pesar de tener vehículos más modestos, no quieren renunciar a las nuevas tendencias estéticas.

Son, por tanto, muchos los que acuden a su taller para solicitar el cambio de sus llantas por unas más grandes. Una petición que el profesional debe atender con honestidad, informando al cliente de la forma más correcta de proceder a la sustitución y, en su caso, de las consecuencias negativas de realizarla, tanto en terminos de estabilidad y maniobrabilidad del vehículo como de posibles problemas con la ITV.

El primer aspecto que hay que tener en cuenta es que el tamaño de la llanta y su peso es inversamente proporcional a la maniobrabilidad. Cuanto más grande y pesada sea una llanta, más difícil de manejar será el vehículo, ya que el exceso de peso se multiplica por cuatro en el cubo de la rueda debido a las fuerzas giratorias. A modo de ejemplo, una llanta de 5 kilogramos pesa 20 kilos cuando el coche está en marcha. Esto constituye un sobrepeso total de 80 kilos, lo que resta dinámica y capacidad de aceleración al vehículo.

Otro factor relevante a la hora de cambiar de llanta es que el conjunto de llanta más neumático no puede exceder o reducir en más del 3% el diámetro original. Así, sustituir una llanta R16 por otra R17 implicaría utilizar neumáticos de un perfil más bajo que reduzcan la altura.

Si la nueva combinación no cumple esta equivalencia, debe regularizarse aportando un informe de conformidad expedido por un Servicio Técnico Designado para Reformas de Vehículos que garantice la compatibilidad entre llanta y neumático. En caso contrario, es probable que el conductor tenga problemas a la hora de pasar la ITV.

Aun así, el cambio de neumáticos por unos de perfil más bajo también tiene sus inconvenientes. Al haber menos grosor de goma, son más propensos a sufrir reventones y absorben menos las imperfecciones de la carretera, lo que hace la conducción más incómoda. Y en el caso de que sean más anchos, con el consiguiente aumento de la superficie de contacto con el suelo, crece también el consumo.

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