Electromecánica | ¿Cuáles son los síntomas para detectar un volante bimasa defectuoso?

Las vibraciones y los sonidos que le acompañan son las claves para detectar posibles averías. Otra de las maneras es soltar suavemente el pedal del embrague al iniciar la marcha y observar la disminución de las mismas.

Volante bimasa con muelles rotos según el blog
Volante bimasa con muelles rotos

"Un volante de inercia bimasa averiado o desgastado en exceso provoca un mayor nivel de vibraciones procedentes del motor, sobre todo perceptibles en la zona de los pedales, pero también en el volante, el asiento, etc., y durante el régimen de ralentí o a bajas revoluciones". Estas vibraciones pueden ir acompañadas además de un traqueteo o de un sonido de rozamiento entre metales.

Este es el primer síntoma de volante de bimasa defectuoso, que aportan desde el blog buscadordetalleres.com, promovido por Grup Eina. No es la única manera de detectarlo.

Cuando el vehículo vibra al soltar suavemente el pedal del embrague al iniciar la marcha, el traqueteo al parar el motor y la disminución o desaparición de las vibraciones en cuanto se pisa el pedal del embrague al ralentí, también es otro síntoma. 

"Una rotura grave del volante de inercia dual, por ejemplo a raíz de la rotura de los muelles o por choque de las masas entre sí, desembocaría en problemas importantes en la carcasa de la caja de cambios y el eje de transmisión, aunque los mismos resultan muy poco probables, al menos durante una gran cantidad de kilómetros recorridos por el vehículo".

Clasificación de los síntomas

Vibraciones y sonido de traqueteo metálico al ralentí: se trata de poner el vehículo en punto muerto y si, al acelerar poco a poco, las vibraciones se minimizan, pero aumentan de frecuencia, lo más probable es que el problema recaiga sobre el propio bimasa. Otro modo es pisando el pedal del embrague también al régimen de ralentí. Si el traqueteo metálico desaparece, lo más probable es que se trate de un problema en el volante de inercia.

Vibraciones al apoyar el pie en el embrague: si esta vibración no va acompañada de un sonido metálico en ralentí significa que el volante no está deteriorado del todo y, aunque el sistema de muelles se presupone entonces algo desgastado y no puede absorber la totalidad de las vibraciones, el componente sigue funcionando parcialmente.

Golpeteo al parar el motor: puesto que las revoluciones bajan súbitamente por debajo de las del régimen de ralentí, creciendo las oscilaciones en los componentes de la cadena cinemática que son transmitidas por el apagado del motor.

Temblores al iniciar la marcha: las revoluciones del motor siguen siendo bajas y el motor comienza a generar fuerza de empuje, por lo que el volante de inercia, al estar algo desgastado, es capaz de absorber las vibraciones cuando el motor está al ralentí, pero no cuando las revoluciones se incrementan porque en estas situaciones el volante requiere efectuar un mayor trabajo de absorción.

Ruidos durante la fase de arranque: primeramente, debe comprobarse que no existen códigos de avería en la unidad de control del motor con el fin de descartar posibles fallos de gestión electrónica que pudieran estar provocando un desequilibrio en el funcionamiento del motor. El motor de arranque debe estar en buenas condiciones, ya que es el encargado de poner en marcha el motor a una velocidad correcta, y la batería también debe suministrar la energía suficiente en los procesos de arranque. Por otro lado, en caso de equiparla, la válvula de mariposa de parada suave no debe encontrarse bloqueada ni parcialmente cerrada, pues es el elemento que proporciona una parada sin tantas vibraciones del motor. De igual manera, debe revisarse el estado de los soportes de motor y de caja de cambios.

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