Para que el motor de un vehículo funcione bien es necesario el correcto rendimiento del árbol de levas, un componente mecánico que transforma el movimiento circular en movimiento rectilíneo, tal y como explica Loctite en un post que publica en su blog.

La leva va sujeta a un eje de forma no simétrica, ya que el movimiento que describe al moverse el eje no es circular, sino ovoidal. Además, va conectada a otras piezas denominadas seguidores y su movimiento sobre un eje permite que se abran, cierren o muevan los seguidores.

En los árboles de levas, el elemento que hace de seguidor son las válvulas, tanques, empujadores o varillas empujadoras. Las válvulas permiten la entrada de la mezcla de oxígeno y combustible al motor, y la salida de gases.

Para ello, es necesario que el árbol de levas gire de forma precisa, abriendo y cerrando las válvulas para determinar los tiempos de apertura y cierre.

Normalmente, los árboles de levas, que suelen ser fundidos o ensamblados, se encuentran en la culata y se alojan en cojinetes de deslizamiento, pensados como módulos portasombreretes o portacojinetes.

Por otro lado, explica el artículo, las averías en el árbol de levas pueden perjudicar el rendimiento del vehículo y provocar roturas irreversibles. Uno de los síntomas son los ruidos extraños en el motor, provocados, por ejemplo, por una mala lubricación del sistema o el estado defectuoso de las levas por un uso prolongado.

Los problemas en este elemento impiden que la mezcla de aire o combustible sea la adecuada, llevando a una falta de potencia en el vehículo y mayor consumo.

La solución suele ser poner un árbol de levas nuevo, pese a que en algunos talleres pueden rectificar árboles o levas antiguas que no estén en muy mal estado. No obstante, suelen ser operaciones caras.