¿En qué consiste la certificación de un taller? ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Qué tipo de certificación debe elegir cada centro? ¿Cuál es el procedimiento para obtenerla? Estas y otras cuestiones se han resuelto en el webinar "La utilidad de que mi taller esté certificado" organizado por Cesvimap. En la jornada virtual se ha definido como un proceso sistemático de revisión del estado del taller que permite comparar unos con otros, puesto que existen estándares que se contrastan. Tras su análisis, se emite un veredicto. En caso de ser favorable, el centro obtiene un certificado. Si el taller no consigue superarlo, puede aplicar un plan de mejoras que se le proporciona en el propio informe de revisión y acceder posteriormente a la certificación.

Raquel Adanero, técnica de Desarrollo e Investigación del Departamento de Marcas de vehículos y redes de talleres de Cesvimap, ha dirigido la sesión enumerando las ventajas de esta certificación. En primer lugar, ha destacado que este distintivo genera confianza en sus clientes, mejora la visibilidad del negocio y le diferencia de la competencia. Asimismo, ha señalado que a nivel interno, le permite abordar un conjunto de mejoras con las que ampliar su capacidad de producción.

¿Qué certificación elegir?

A la hora de plantearse qué tipo de certificación resulta más beneficiosa para el taller, el centro debe plantearse una serie de cuestiones. ¿Cuál es el período de validez del certificado? ¿Con qué frecuencia se hacen las revisiones? ¿Cuál es el precio? Sin embargo hay dos preguntas que cobran especial relevancia. ¿Qué quiero demostrar a mis clientes y partes interesadas? y ¿en qué grado quiero prosperar?

Y es que existen diversos modelos de certificación, destacando fundamentalmente dos: los más generales, que aseguran la calidad que se da al cliente y que son aplicables a todo tipo de empresas, pues se evalúan de forma estándar todos los sectores. Por otro lado, existen otros más concretos, como la Cualificación de talleres TQ de Cesvimap. Esta tienen una validez de dos años, por lo que las visitan se van sucediendo cada 24 meses.

En todo caso, la certificación debe entenderse como una herramienta para mejorar internamente los procesos. Una más genérica ayuda al taller a diferenciarse de otro no certificado, a posicionarse frente al sector, a aumentar el número de clientes y fidelizarlos, y a obtener un respaldo a la calidad de la reparación. Pero además, un distintivo más específico como el de Cesvimap permite analizar objetivamente la actividad del taller, mejorar su rentabilidad y sus procedimientos, facilitar el acceso a clientes corporativos, así como obtener también un respaldo ante la calidad del servicio.

Cualificación de talleres TQ de Cesvimap

El objetivo de esta certificación, lanzada en 2006, es cualificar al taller y hacerle capaz de mejorar su negocio, de hacerle entender las claves que le puede hacer prosperar progresivamente. Este procedimiento nace de una necesidad en el mercado de transparencia, de diferenciar a aquellos talleres que ofrecían una calidad superior y una mejor gestión de la reparación, y transmitirles un espíritu de análisis de su negocio, al tiempo que se les orienta en las mejoras a realizar para impulsar sus resultados.

Esta certificación está dirigida a todo tipo de talleres de carrocería y pintura, marquistas o independientes de cualquier tamaño, y con cualquier tipo de organización y gestión. Raquel Adanero ha añadido que, en este caso se aborda la mecánica desde el punto de vista de apoyo a la carrocería, pero también existe la opción de hacer el TQ de mecánica.

Se trata de un procedimiento basado en los requisitos originales de Cesvimap, los cuales son concretos y aplicados al taller. Se analiza la capacidad de gestionar el centro a partir de la revisión de 230 puntos de verificación. Estos se adaptan a la evolución de la técnica, y además se trata de una herramienta configurable con los estándares de las marcas de vehículo y revisados por personal propio con amplía experiencia.

¿Qué aspectos se evalúan?

Cesvimap realiza en su visita TQ al taller una inspección de más de 230 puntos. Durante una jornada laboral, analiza cuestiones relacionadas con el personal, los recursos del taller, los clientes, la organización, los procesos de intervención y la gestión del taller.

En lo que respecta a las personas, analizan la estructura del personal, las competencias profesionales y la formación de los empleados. Sobre los recursos, se centran en las instalaciones, los equipamientos y la distribución de los espacios.

La evaluación del servicio al cliente se enfoca en los espacios para la espera y la atención del cliente front-end, las personas que reciben al cliente, los medios de los que disponen los recepcionistas, la dotación de los puestos de recepción y los protocolos a seguir, en lo que respecta a los documentos que se generan y las facilidades que se dan al cliente.

A nivel de organización, se revisa cómo se realiza la gestión de entradas al taller, la valoración de los trabajos a realizar, la organización de los trabajos, la gestión del recambio, de materiales y consumibles, así como la calidad en las reparaciones, el mantenimiento de las instalaciones, etc.

En cuanto a la intervención, se analizan los procesos de reparación y pintado, y la preparación para la entrega, desde el punto de vista de las herramientas y equipos específicos, los materiales empleados, las características de los puestos de trabajo, las personas que trabajan en ellos, los equipos de protección laboral, así como otros servicios extra, tales como la calibración de Adas, la geometría de la dirección, etc. Asimismo, se evalúan aspectos concretos en el área de carrocería y pintura.

Respecto a la gestión, se analiza la organización y gestión del taller, el control de la producción y la calidad del trabajo, la gestión de los tiempos de trabajo, los sistemas informáticos que se emplean, los KPI utilizados y los resultados, el cuadro de mando del taller...

En función del cumplimiento de todos los criterios evaluados, Cesvimap cuenta con tres niveles de certificación: bronce, plata y oro, desarrollados para tratar de impulsar al taller de chapa y pintura a mejorar la calidad y la gestión del negocio.