El propietario de un taller de chapa y pintura situado en Tudela (Navarra) se ha confinado en su centro de reparación durante el coronavirus para prestar servicios de ciclo de ozono de vehículos de forma gratuita a los coches de patrulla de los cuerpos y fuerzas de seguridad, según recoge el digital Diario Navarra. Nurio Timoteo, dueño de Vintage Car Paint, ubicado en el Polígono Industrial Las Labradas, en Tudela, recibe de forma diaria a agentes de la Policía Local, Foral, Nacional y Guardia Civil de toda la Ribera, además de personal sanitario e, incluso, algún taxista.
"Gracias a un amigo que tengo dentro de la Policía Nacional preparé un anuncio que colgué en la página de Facebook del taller anunciando este servicio gratuito. En ese momento no podía ni imaginar la repercusión que iba a tener esta iniciativa", ha subrayado Timoteo, añadiendo que hasta la fecha ha realizado más de 200 ciclos de ozono en vehículos policiales y sanitarios.
La iniciativa solidaria puesta en marcha por Timoteo tuvo tal respuesta que el propietario de este taller decidió, en un primer momento, confinarse en su negocio para evitar la exposición de su familia. "Pensé que no podía exponer a mi mujer y mis dos hijos -Nuria, de 6 años, y Martín, de 4- al riesgo de contagio que yo estaba asumiendo al realizar este trabajo de desinfección. Así que decidí confinarme en el taller y solo ir a Fitero a recoger la comida y la ropa limpia que mi esposa me dejaba en la puerta de casa", ha explicado.
Para reforzar este servicio de apoyo a los profesionales que luchan contra el coronavirus en primera línea, Timoteo decidió adquirir otra máquina de ozono más. Una herramienta que permitía la realización de los ciclos de ozono sin ser necesaria la entrada al vehículo, reduciendo el riesgo de contagio. Este proceso consistía en la introducción de un tubo de conducción del producto por la ventanilla del coche, un procedimiento que podían realizar los propios usuarios a modo de autoservicio.
Una solución eficaz para evitar el contacto entre personas. Para ello, Timoteo cuenta que preparó "un dispositivo de encendido de la máquina que instalé junto a la verja que separa el taller de la calle para que los agentes pudieran acercar ahí sus coches y hacer uso del aparato ellos mismo”. El propietario del taller envió un documento PDF a las diferentes autoridades para conocer las instrucciones del uso de la máquina. Además, él seguía en el taller para orientar sobre el modo de utilización y reponer los materiales cuando sea necesario.
Ante la situación de prorroga del estado de alarma, Timoteo y su familia decidieron instalarse todos finalmente en el taller, convirtiendo las oficinas del taller en un piso con habitaciones, sala de estar y cocina. "Compré los muebles por Internet y monté esta residencia improvisada para que mi mujer y mis hijos pudieran alojarse junto a mí en el taller. ¡Fue mucho más fácil montar el piso con mis manos que convencer a mi esposa de venir aquí!", ha bromeado este profesional comprometido en ayudar desde su posición a todos los profesionales que sea posible y seguir evitando la expansión de la pandemia.
