Gerardo Martínez

| Inteligencia emocional entre rótulas y discos de freno | -

Si tu trabajo te gusta, la motivación permite que ese sentimiento se transmita a tus clientes
Si tu trabajo te gusta, la motivación permite que ese sentimiento se transmita a tus clientes

Cuentan que Einstein dijo esta magistral frase en una entrevista: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Más allá de que esta cita sea original suya (que parece que no), nadie duda a día de hoy de la certeza de estas palabras.

Porque de lo que el sabio profesor hablaba era de afrontar nuestro día a día de una forma diferente, basando nuestra vida y trabajo en no hacer siempre lo mismo y utilizar nuevos métodos, por muy alejados a nuestra rutina que sean. Lo que se ha venido a denominar actuar con inteligencia emocional, que es la capacidad que tenemos para gestionar, comprender y manejar nuestras propias emociones. Actuar así no solo nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, sino a interaccionar con nuestro entorno a raíz de sus propias emociones.

¿Y cómo aplico yo ese sesudo concepto a mi taller?

En esta entrada concentro en cinco grandes principios la información de decenas de libros y centenares de páginas. Intenta trabajar en tu taller siguiéndolos.

  1. La autoconciencia. Nos comunica lo que pasa en nuestro cuerpo, lo que sentimos. De esta capacidad se desprende la importancia de la confianza en uno mismo. Confianza en que nuestro trabajo ayudará a los demás, en que los clientes volverán a nuestro negocio cuando necesiten que alguien con conocimiento les revise su vehículo.
  2. El control emocional. Permite regular la manifestación de una emoción o modificar un estado anímico y su exteriorización. Da pie a otras capacidades, entre ellas, el autocontrol, la confiabilidad, la integridad, la adaptabilidad y la innovación. ¿Sabes cuántos clientes hay esperando a encontrar un taller como el tuyo en el que diálogo, la integridad, la resolución de problemas y la innovación se dan la mano? Pues sí, muchos, porque todos queremos ser tratados así cuando somos clientes.
  3. La motivación. Se basa en motivarse a uno mismo y a los demás. Genera otras cualidades, como el logro, el compromiso, la iniciativa y el optimismo. Si tu trabajo te gusta, la motivación permite que ese sentimiento se transmita a tus clientes, que a su vez se motivan tanto como lo estás tú. Ellos estarán encantados de dejarte hacer, porque tu mejor arma de venta será tu compromiso.
  4. Inteligencia interpersonal. Hace referencia a la empatía, esa cualidad, tan escasa por desgracia entre muchas personas, que te permite a ti que la tienes entender lo que siente el que te deja el coche en el taller, apreciando cada situación desde su propia perspectiva como cliente, no simplemente desde la tuya.
  5. Las habilidades sociales, que tienen que ver con el liderazgo, la popularidad y la eficacia interpersonal, y son muy útiles a la hora de ejercer tareas propias del día a día, como resolver disputas, persuadir, negociar o dirigir a un equipo.

En resumen, amigo reparador, que sé que posees una gran inteligencia emocional: ¿por qué no haces las cosas de modo diferente e intentar obtener otros resultados?

Sobre el autor

Gerardo Martínez es socio director de ESB Consultores, consultora especializada en Dirección Estratégica Empresarial. Ha dedicado muchos años a trabajar en el sector de la posventa. Apasionado del Marketing, de la comunicación y de la vida en general, sigue pensando que queda mucho por hacer y por aprender. Desde esta ventana, trata de aportar algo de luz al taller, que considera el pilar básico de nuestro sector.

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