A pesar de que el 70% de los españoles han oído hablar del coche autónomo y de que este tipo de vehículo entrará el mercado en un futuro no muy lejano, sigue generando recelo entre los conductores.

Y es que el 44% desconfía de la capacidad de un coche para conducirse por sí mismo. Es una de las conclusiones extraídas de la última encuesta realizada por la empresa Qíndice, con el asesoramiento de Km77.com para 20minutos.

Pero no todo son reticencias. El informe, revela, por otra parte, que el 42% de los encuestados cree que un coche autónomo podría circular con la misma seguridad o más que uno conducido por una persona.

En este caso, el grado de confianza es alto, pues el 33% asegura que llevaría a sus hijos al colegio en un coche autónomo, nueve puntos porcentuales por debajo del 42% que, antes de plantear una situación concreta, aseguraba que este tipo de automóvil será tanto o más seguro que los que conocemos actualmente.

Sin embargo, la confianza no es ciega, pues tres de cada cuatro consideran que debería ser obligatorio que dentro de un coche autónomo vaya siempre una persona con carnet de conducir.

Respecto al tipo de vía, conductores y fabricantes consideran más seguro el coche autónomo en autovías y autopistas que en zonas urbanas o carreteras de doble sentido.

La toma de control del coche conectado en caso de, por ejemplo, desfallecimiento del conductor está bien valorada por el 80% de los conductores. Solo el 15% duda de que el coche autónomo sea capaz de realizar maniobras de seguridad, como parar el coche en el arcén.

En cuanto al precio, según la encuesta, el solo el 23% estaría dispuesta a pagar más de 4.000 €, y el 42% declara que nunca se compraría un coche autónomo, independientemente del precio.

Y es que, para quien disfruta al volante, el coche autónomo no llama su atención especialmente. Quizá por eso el 47% de los encuestados afirma que disfrutarían más conduciendo ellos mismos que cediendo el control al coche.

Por último, resulta interesante que, a juzgar por los datos del informe, los españoles confían más en los actuales fabricantes de automóviles de gama alta que en las marcas tecnológicas o incluso que en las alianzas entre fabricantes y firmas de tecnología.