A los vendedores de vehículos de ocasión no les van a salir las cuentas a finales de año, de ahí que la patronal de vendedores de vehículos Ganvam haya corregido a la baja su previsión de ventas para 2012: este año prevée vender 1,6 millones de unidades, lo que supone el 7% menos que el año anterior.

Esta vez la razón no es la crisis pura y dura. Las marcas y concesionarios están aplicando grandes descuentos para levantar las maltrechas cifras de ventas de vehículos nuevos.

Si a eso le sumamos los 2.000 euros del Plan PIVE, programa estatal de ayudas para la sustitución de 75.000 vehículos con más de diez años de antigüedad por modelos con menores consumos de combustible, la rebaja puede alcanzar los 5.000 euros. Esto significa invadir el terreno del mercado de ocasión, que compite principalmente por precio.

Pero, además, los 2.000 euros del plan se dividen a partes iguales entre el Estado y el fabricante, que en el caso de un vehículo de ocasión se llama vendedor. Y esto significa dejarle sin margen de maniobra para aplicar descuentos.

Por otro lado, el perfil del vehículo de ocasión más vendido es el que tiene más de diez años, un alto kilometraje y bajo precio. Es precisamente el vehículo que está en el punto de mira del Plan PIVE, con lo que la ecuación se complica aún más si decimos que es del que viven muchos talleres de reparación.