Junto al fuerte descenso en la matriculación de vehículos que se está registrando a nivel global desde el inicio de la Covid-19, esta ha traído también consigo restricciones en la movilidad y, consecuentemente, una menor utilización de los coches. El resultado ha sido, tal y como ha publicado Diario Información, una reducción de las averías y los siniestros, y unas pérdidas en la provincia de Alicante de alrededor de 125 millones de euros.

Eso al haber caído la facturación un 50% durante 2020, según se ha informado desde el propio sector. Del mismo modo las tiendas de recambios están acusando un notable bajón en las ventas. Cabe reseñar que el sector alicantino está configurado por 900 talleres que dan empleo a 3.600 trabajadores, y que se está teniendo que recurrir a ERTEs para hacer frente al complejo momento actual.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines de la Provincia de Alicante (Atayapa), Guillermo Moreno, destaca que, “aunque pueda parecer lo contrario, cada vez que cae la venta de vehículos nuevos, se reducen también las reparaciones. Es un fenómeno difícil de explicar, pero que en este último año marcado por la pandemia de coronavirus y las restricciones de movilidad tiene una justificación más clara”.

Según recuerda Moreno, en el confinamiento los coches estuvieron “tres meses parados, y salvo en la época de verano, en que la circulación casi llegó a normalizarse, después volvimos a un escenario de nuevas restricciones, con la imposibilidad de salir de las comunidades autónomas. A ello se le han añadido ahora los cierres perimetrales de las ciudades, con lo que el escenario es totalmente negativo para el sector de los talleres».

Lamenta que los vehículos se utilicen menos, “por lo que hay menos averías y reparaciones, e igualmente han bajado las revisiones de mantenimiento en consonancia con el menor número de kilómetros recorridos por parte del parque automovilístico.

Las tiendas de recambios también está acusando el problema. El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Venta de Equipos, Componentes, Recambios y Accesorios (Aveca), Jesús Campos, señala que las ventas han caído el 25% como consecuencia de la menor actividad de los talleres y la menor demanda por parte de particulares.

En cuanto a las matriculaciones de turismos y todoterrenos, estas se desplomaron el año pasado un 47% en la provincia, pasando de las 61.501 de 2019 a 32.455. Y la situación no ha mejorado con el inicio de 2021, dado que en enero el descenso ha sido del 45% con relación al mismo mes del año anterior, con solo 1.509 matriculaciones.

Este descenso está teniendo una fuerte repercusión en las industrias de componentes, situadas principalmente en la zona de la Foia de Castalla. Según fuentes empresariales, los pedidos se han llegado a reducir hasta un 60% con relación al año pasado, lo que se está tratando de compensar con otros sectores.