Reparación | Seis meses de cárcel para el dueño de un taller por usar sin permiso una marca de lubricantes

Desde 2014, había utilizado la firma en el nombre del taller, en la razón social de su empresa, en los productos a la venta, en la publicidad de la web y en el rótulo del establecimiento.

La responsabilidad ampliada del productor en los envases de los lubricantes
El condenado ha vendido sus participaciones del taller a los otros socios

La Audiencia de Valencia ha condenado a seis meses de prisión por un delito contra la propiedad industrial al responsable de un taller de coches en el municipio Rafelbunyol que usó sin permiso una marca de aceites y lubricantes de motor para la automoción y le ocasionó un perjuicio de casi 130.000 euros.

La sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia, fruto de una conformidad entre las partes por la que el procesado reconoció los hechos y se mostró de acuerdo con la pena solicitada por el Ministerio Fiscal, le impone una multa de 272 euros y le inhabilita para el ejercicio de su profesión durante seis meses.

El perjuicio ocasionado a la empresa titular de la marca, que no reclama y ha renunciado al ejercicio de acciones civiles y penales y se ha apartado del procedimiento, está cifrado en más 129.000 euros.

Según el fallo hecho público este viernes por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, y que es firme, la Sala absuelve a otras cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, respecto de los cuales la Fiscalía retiró la acusación al entender que no estaba acreditado que conocieran el origen ilícito de los productos y del uso de los distintivos.

Ventas, publicidad y rótulos sin permiso

La sentencia señala, en su relato de hechos probados, que el condenado, administrador único del establecimiento desde julio de 2013, usó la marca de forma fraudulenta al menos desde el segundo semestre de 2014 en el nombre del taller, en la razón social de su empresa, en los productos a la venta, en la publicidad de la web y en el rótulo del establecimiento.

Pese a que sabía que no había comprado los productos a los distribuidores oficiales y exclusivos, el mecánico comercializaba aceites, grasas y lubricantes en los que figuraban etiquetas impresas con denominación de la mercantil perjudicada que habían sido confeccionadas por él o encargadas a un tercero y confundibles, por tanto, con los productos de la citada marca.

El condenado ha vendido sus participaciones del taller al resto de acusados que han sido absueltos, respecto de los que no consta que supieran que su comportamiento era ilícito pues intentaron conseguir el registro de la marca.

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