Las revisiones frecuentes, el cuidado de las piezas o cuándo realizar la sustitución de ciertos elementos son un pilar básico para el buen mantenimiento de un vehículo. Pero, para poder llevarlo a cabo de formar correcta, es necesario tener presente el libro de mantenimiento del coche.

SPG señala en un post que reducir esta guía a un manual de instrucciones es infravalorar su utilidad y no tener en cuenta su importancia en el control de los mantenimientos del automóvil y si se quiere vender el coche, para informar al comprador sobre los procedimientos a los que se le ha sometido.

Así, este manual debe reflejar las instrucciones exactas para los cuidados que necesita el coche (tiempo de revisión y recambio para cada pieza y los componentes compatibles para cada sistema), los certificados con las revisiones que se le realicen al coche (selladas y garantizadas por el taller) y las visitas a los centros de mecánica (historial de cuándo se le ha hecho alguna intervención).

Además, para hacer valer la garantía del coche en caso de fallo de alguno de sus componentes, es imprescindible tener sellado el libro de mantenimiento.

Esta información es también importante por si el usuario no acude a su taller habitual y los técnicos del nuevo centro deben ponerse al día sobre el estado del coche y sus revisiones. Asimismo, es básico en el caso de que los usuarios quieran contratar una nueva póliza de seguros o cambiar de aseguradora, ya que, con ello, se puede determinar el riesgo de avería de acuerdo con el historial.

Así, por ejemplo, usar un aceite diferente al recomendado, puede llevar a un incorrecto mantenimiento, ya que el fabricante ha determinado cuál es el fluido adecuado para un óptimo funcionamiento del motor: el que, según las numerosas pruebas de calidad de la marca, mejor rendimiento ofrece. De esta forma, se decide si seguir la recomendación del fabricante o tomarlo como referencia y elegir un producto similar.