Reparación | Talleres y concesionarios de Cádiz prevén un 2021 “muy duro”

Tras dos ejercicios consecutivos de caídas en las ventas de automóviles y con las empresas de reparación afrontando inversiones en nuevas tecnologías y utillaje, Atra demanda medidas para paliar la incertidumbre en el sector.

Los talleres afrontarán nuevos modelos de reparación que requieren tiempo e inversión
Los talleres afrontarán nuevos modelos de reparación que requieren tiempo e inversión

La Asociación de Talleres de Reparaciones de Automóviles (Atra) de Cádiz ha alertado de la dura situación que se prevé para 2021 para el sector de la automoción, que no verá luz hasta dentro de varios años. Según publica el Diario de Cádiz, la pandemia, junto con los nuevos modelos de movilidad, van a producir una transformación en la que muchos empleos se perderán, pero saldrán nuevas profesiones y nuevas oportunidades de negocio.

De ahí que tanto los concesionarios como los talleres de reparación de vehículos en concreto entiendan que hay que moverse rápido y no perder el tren de las nuevas tecnologías, formas de distribución y nuevos mantenimientos y reparaciones.

En relación a los talleres, tienen a su favor el parque de automóviles más viejo de Europa rodando, así como conductores que, debido a la crisis, van a aguantar un tiempo más sus viejos coches. Con ello las reparaciones serán más abundantes, pero a su vez deberán afrontar un cambio de modelo en el que la formación en nuevas tecnologías requerirá mucho tiempo e inversión en utillaje que muchos no podrán acometer, tanto por edad de los dueños (la mayoría autónomos) como por lo elevado de los costes.

En el lado de las ventas de automóviles, las cifras en la provincia de Cádiz hablan por sí solas en un año marcado por la Covid-19. El descenso en porcentaje de ventas ha sido del 31,61%. Se han vendido 14.471 vehículos frente a los 21.160 de 2019 y los 23.178 de 2018. Si comparamos 2018 con 2020, el descenso acumulado ha sido del 39,39%, con 8.707 unidades menos.

No obstante, el mercado venía ya con una bajada en las ventas del 8,71% en 2019 con respecto al año anterior, condicionada por la indecisión de los compradores ante la falta de apoyo a los vehículos diésel. Los programas tipo Moves, que ayudaban al desguace y renovación durante los últimos años, han contribuido también a ese resultado.

En 2020 la caída ha sido de tal magnitud que muchos concesionarios están en la cuerda floja y con sus vendedores todavía en situación de ERTE, algo que al menos ha propiciado sobrevivir con pérdidas moderadas. En este sentido, Atra insiste en la necesidad de alargar al máximo los ERTEs para propiciar la subsistencia de las empresas.

Para la asociación, 2021 trae muchas incertidumbres: la pandemia hace que no se visiten los concesionarios y que los clientes se vuelvan reticentes al cambio al no saber a qué atenerse ante algo impredecible y no tangible ni controlable como es el virus.

Por otro lado está el problema de no saber qué tipo de motorización comprar, diésel, gasolina, eléctrico o hibrido, y la aparición de las siglas GLP, GNC, de gas natural. A todo esto se le suma la subida de impuestos por el cambio en la manera de medir los consumos y emisiones de CO2, que hace que muchos vehículos cambien de tramo en la valoración del impuesto de matriculación. De media suben unos 800 euros, según la organización.

Actualmente no hay ningún plan activo que incentive el cambio de un vehículo con más de 10 años, lo que plantea un panorama desalentador para aumentar las ventas. Y por su parte, los concesionarios se enfrentan a los costes de transformación hacia la venta de vehículos con tecnologías limpias, adecuación de instalaciones, formación de personal, nuevas formas de venta online y mayor coste de los vehículos que se traduce en menores ventas.

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