José Luis Bravo deja de ser el gerente de ASER. El Consejo de Administración de la empresa así lo ha decidido y comunicado oficialmente a los socios. En la mañana del 31 de julio se ejecutaba el despido fulminante de José Luis Bravo.
Max Margalef, CEO de ASER, me llama la tórrida tarde del lunes 31 de julio para adelantarme, en lo más básico, la decisión tomada. Y que el 1 de agosto habrá comunicado a los medios con más detalles. Un escrito breve que llega a la redacción de Infotaller sin aportar ninguna explicación sobre las causas del despido de José Luis Bravo.
"Hasta la toma de nuevas decisiones, el equipo profesional de ASER, apoyado y dirigido por el Consejo de Administración, sigue trabajando en la actividad y servicios, asesorando y acompañando a todos los socios y manteniendo la relación habitual con socios, proveedores, prensa y asociaciones", explica el grupo en ese comunicado, cuyo contenido dedica asimismo a agradecer a José Luis Bravo "su trabajo y compromiso durante estos años y le deseamos lo mejor en el futuro. Después de unos años de fructífera relación, ahora ha llegado el momento de seguir caminos separados".
Un despido no tan sorprendente
A este medio el despido de Bravo no le pilla de sorpresa. El cambio en la estructura de ASER, conocido en su VIII Convención, celebrada en San Sebastián, dejaba algunas señales de que algo muy importante había cambiado en la relación del grup con su principal gestor, elegido hace algo más de diez años y con quien la transformación de ASER ha sido un hecho reconocible y reconocido por el conjunto del sector.
José Luis Bravo fue hasta capaz de sacar tiempo para compaginar durante un tiempo sus funciones de gerente de ASER con la presidencia de Ancera, sustituyendo en el cargo a Miguel Ángel Cuerno. Otros tiempos, que han dejado paso a una desconfianza en José Luis Bravo por parte de una parte fundamental del Consejo de Administración que ha terminado culminando en su despido.
