Tener dos vehículos o utilizar un coche de empresa puede provocar errores a la hora de elegir el combustible. En concreto, el 26% de las averías provocadas por despistes del propio conductor se deben a equivocaciones en el repostaje, según un estudio de Grupo Red Europea, empresa especializada en garantías mecánicas para vehículos.

Este tipo de negligencias puede llegar a producir averías que superan los 400 euros y obligan a cambiar los filtros, limpiar los conductos de gasolina o diésel y el propio depósito.

Otras averías provocadas por los conductores son consecuencia de no hacer caso a los testigos luminosos del vehículo. El 20% de las entradas al taller se deben a incidencias que previamente fueron comunicadas con una señal luminosa.

El 16% de las visitas al taller se deben a no realizar los mantenimientos estipulados por la marca en el tiempo y kilómetros estipulados, y no cambiar las piezas de desgaste.

Más allá de las negligencias, el propio estilo de conducción es el que lleva el vehículo al taller, como conducir en marchas inadecuadas, dar frenazos o acelerones bruscos. Asimismo, la conducción en ciudad o a bajas revoluciones puede provocar acumulación de carbonillas en la línea de escape. Estas malas técnicas de conducción suponen el 13% de las visitas al taller.

Dejarse los dispositivos de arranque dentro del vehículo afecta al 10% de las averías por error del conductor. Un problema que se ha ido incrementando con la llegada de los arranques sin llave.

El 6% de las averías por negligencia suelen ser por poner aditivos no adecuados al coche o no poner un aditivo fundamental, como el anticongelante (5%).

Grupo Red Europea recuerda que la casi totalidad de estas averías no están cubiertas por ninguna de las garantías que tenga el coche ni por ningún seguro mecánico.