Tratamiento de Neumáticos Usados (TNU) incide en la importancia de mantener la presión correcta en los neumáticos. Ello podría reducir el consumo entre un 5% y un 10%, lo que supone un ahorro medio de 45 litros por vehículo al año, asegura la entidad.
En este sentido, TNU recuerda además que se trata una medida básica de seguridad vial y una forma de reducir las emisiones contaminantes. Datos de Aeca-ITV indican que en 2024 casi el 20% de los defectos graves detectados en las inspecciones técnicas de vehículos en España estuvieron relacionados con neumáticos y suspensión.
En Europa se estima que más de la mitad de los conductores circula con presiones incorrectas. Esta práctica aumenta la resistencia a la rodadura, obliga al motor a trabajar más y genera mayor consumo de combustible y emisiones de CO₂. Bajo este supuesto (≥50%), el impacto agregado se sitúa en torno a 5.800 millones de litros de combustible y 13 millones de toneladas de CO₂ al año por baja presión.
RIESGO DE REVENTÓN
Asimismo, TNU incide en que la baja presión de los neumáticos puede elevar el riesgo de reventón y de siniestros asociados. La NHTSA calcula que la subinflación está presente en torno al 20% de los reventones que terminan en accidente, y que conducir con subinflación severa (>25%) triplica la probabilidad de verse implicado en un choque relacionado con los neumáticos. El riesgo de reventón puede aparecer a partir de 0,5 bar por debajo de la presión recomendada.
Además, recuerda que circular con 0,5 bar menos de lo indicado reduce la vida útil del neumático en torno a un 20%, y con 1 bar menos, hasta un 30%. "Si extrapolamos al conjunto del parque móvil, la circulación con presión baja generaría un consumo adicional estimado de 271 millones de litros de combustible al año, equivalente a 680.000 toneladas evitables de CO₂", asegura.
"El problema no es solo económico o ambiental: la presión insuficiente compromete la seguridad vial, ya que disminuye el agarre y aumenta la distancia de frenado", insiste.
UN MANTENIMIENTO ADECUADO
Además de mantener la presión correcta indicada por el fabricante, hay tres prácticas que contribuyen de forma directa a prolongar la vida útil del neumático, optimizar el consumo y mantener las prestaciones de seguridad:
- Correcto equilibrado del neumático: reduce vibraciones en marcha, evita desgastes irregulares y mejora el confort y la precisión de la dirección.
- Correcta alineación de la dirección del vehículo: una geometría fuera de tolerancia provoca desgastes laterales e irregulares; mantener la alineación en valores especificados previene ese desgaste prematuro y ayuda a que el vehículo circule recto.
- Estilo de conducción: evitar frenazos y aceleraciones bruscas, anticipar maniobras y mantener una velocidad estable disminuye la temperatura y la abrasión de la banda de rodadura, alargando su vida útil y reduciendo el consumo.
Por todo ello, TNU afirma que es necesario revisar la presión de los neumáticos una vez al mes y antes de cada viaje, "una acción simple que ayuda a reducir el consumo y las emisiones, prolonga la vida útil del neumático y mejora la seguridad en carretera", concluye.