Desde 2019 el sector de automoción arrastra meses de incertidumbre que se ha ido traduciendo en caída de las ventas de vehículos. Estamos en un periodo “extraño”, con anuncios y “contra-anuncios” por parte de la Administración de la futura eliminación del diésel, las restricciones a la entrada de vehículos en las grandes ciudades, ayudas al coche eléctrico que se quedan enredadas en cuestiones de plazos y papeleos… El sector en su conjunto está a la expectativa. Los talleres también se encuentran en este momento de incertidumbre en algunos aspectos. Además del obvio problema de aquellos ubicados en los centros de las ciudades, que ven peligrar su continuidad por las restricciones al tráfico, todos los talleres dudan sobre qué tipo de vehículo les tocará reparar en los próximos años y qué preparación tecnológica y formativa necesitarán para ello. Pero también hay certezas:
Sistemas ADAS: estas tecnologías están cada vez más extendidas. Los vehículos actuales ya las incluyen y la tendencia va claramente en aumento. Por ello, los talleres deben conocer cómo reparar estos sistemas, porque ya no queda ninguna duda de que tendrán que trabajar con ellos.
Vehículos de energías alternativas: El crecimiento en ventas del coche eléctrico es en la actualidad de tres dígitos. Es cierto que partimos de un parque muy pequeño, pero es evidente que va a crecer. Posiblemente, no se convertirá en la motorización mayoritaria, pero convivirá con el resto de vehículos y será necesario repararla. Lo que aún se desconoce es cuál será la tecnología que finalmente se implantará de manera masiva, pero siempre será un proceso a largo plazo.
Hay que tener en cuenta que en España hay un parque de 27 millones de vehículos, de los que más de 20 millones se reparan habitualmente en talleres multimarca. Aunque para 2025 todos los coches que se vendieran (en torno a un millón) fueran eléctricos, seguiría habiendo 20 millones de coches de motorización tradicional que necesitarían los servicios de los talleres.
Digitalización: el cliente ha cambiado y se ha convertido en digital. Por el relevo generacional, cada vez serán más conductores conectados los que acudan al taller. Se trata de clientes acostumbrados a obtener información, comparar precios y solicitar servicios a través de su smartphone. Para cubrir esta demanda, para los talleres cada vez será más necesario tener una presencia activa en internet que incluya un sistema de petición de citas, avisos vía telemática de que el coche está reparado y presupuestos online.
Con estas certezas en la mano, el taller ya puede saber por dónde comenzar su transformación. Hay muchas incógnitas que despejar, pero, con lo que ya sabemos, es posible diseñar una hoja de ruta para los próximos años.
Herramientas como este Manual de Electromecánica y Diagnosis pueden ayudar al taller a identificar nuevas tendencias y oportunidades de negocio y prepararse para ellas.
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