La resistencia de climatización es un componente electrónico que forma parte del sistema de confort del vehículo como es el de calefacción y climatización. Su función es gestionar las velocidades del grupo motor ventilador (GMV) para controlar el caudal de aire que entra en el habitáculo. Estas velocidades cambian según se requiera tanto de forma manual por parte del conductor, como automáticamente en el caso de sistemas automáticos, pero siempre comandadas estas variaciones por la resistencia.

Por eso, si esta se encontrase dañada, el GMV funcionaría mal y habría un incorrecto caudal de aire en el habitáculo. Pero, ¿qué puede provocar que falle esta pieza? Según Valeo, hay dos causas principales. La primera, que el filtro del habitáculo esté colmatado, saturado o con deficiente mantenimiento y que esto obstruya la entrada de aire.

Cuando por alguna de esas causas el filtro no deja pasar bien el aire, el motor del GMV trabajará forzado para generar el caudal solicitado, produciendo un sobreesfuerzo, sobretensión y sobrecalentamiento que terminará dañando la resistencia. Visualmente los daños se perciben en forma de cableado quemado y, en algunos casos, el GMV gripado.

Una segunda causa del fallo de la resistencia es la mala conexión del terminal. Dada la ubicación de esta pieza, donde por lo general se generan muchas vibraciones, con el tiempo la conexión entre su terminal y el terminal del cableado toma holgura y se genera electricidad estática en la clema, que puede terminar quemando los terminales por un exceso de temperatura.

Ante el riesgo de que se produzcan estas averías, Valeo ha lanzado al mercado una resistencia que incluye el cableado, que es específica para facilitar al taller la reparación de vehículos Renault y PSA como el Renault Clio III, Mégane y Mégane Scénic y los Peugeot 207, C3 y 406. La resistencia, con la referencia 710355, es una apuesta sencilla para el taller, ya que “el cableado lleva incorporados terminales de enchufe rápido para que el mecánico directamente corte en la instalación y conecte el cable a la nueva resistencia”, según apunta.

Hasta ahora la compañía disponía de una resistencia sin cable (referencia 509355). Con ella el taller, al realizar la reparación, debía colocar la resistencia nueva y el cableado completo al haberse quemado los terminales, y generalmente este cableado solo estaba disponible en equipos originales. De no cambiarse este cableado, suponía más tiempo, era más costo y exigía mayor riesgo de garantías o segundas reparaciones.

Entre las ventajas de la nueva resistencia destaca la reducción de los tiempos de reparación y de costes, así como la menor probabilidad de problemas, puesto que, según la firma, en algunos casos “era difícil apreciar visualmente que el terminal estaba sobrecalentado, y se mantenía el cableado viejo con una resistencia nueva, lo que derivaba en segundas reparaciones por mal funcionamiento”.