Chapa y pintura | De abandonar el sector a ganar el Concurso Nacional de Pintores de Mirka

Marcos Jiménez (Talleres Las Encinas) atiende a Infotaller tras hacerse, "gracias a la tranquilidad", con la victoria en el certamen. Su historia es, como la de muchos otros, un relato de quien tuvo que abandonar su profesión durante la crisis.

De dejar el sector a ganar el Concurso Nacional de Pintores de Mirka
Jiménez gestiona el trabajo en el Taller Las Encinas de Alcorcón (Madrid)

“Me gusta trabajar con las manos. Siempre se me ha dado bien. Soy bastante mañoso”. Marcos Jiménez (Talleres Las Encinas) explica así su llegada al sector. El motivo por el que un adolescente como él decidió tratar de hacerse hueco en la carrocería. Esas mismas dotes le han hecho, a sus 35 años, convertirse en el primer ganador del Concurso Nacional de Pintores organizado por Mirka, cuya final se celebró en la sede de Cesvimap, en Ávila.

“Estoy muy contento. Las pruebas al final eran procesos que realizamos todos los días. Quizá yo estuve más tranquilo que el resto de compañeros, por eso pude ganar”, justifica a Infotaller, restándole importancia a lo conseguido.

“No me he planteado presentarme a más concursos, pero quien sabe, ¿por qué no?"

Jiménez tuvo que afrontar una prueba práctica con los seis pasos del proceso de Mirka de preparación de superficies para el repintado: chapa, masilla, aparejo, matizado de barniz, pulido de una parte grande y pulido de motas. Algo más de media hora de “actuación”, además de la prueba de teoría.

“No hay envidias”

Tras la victoria, asegura que el recibimiento en su taller de Alcorcón, en el que trabajan otros cinco profesionales, ha sido positivo. “Mis compañeros me han felicitado. Tenemos muy buen rollo en el taller. No hay envidias ni nada”, asegura.

Este pintor-chapista de 35 años nacido en un pequeño pueblo de Ávila comenzó su andadura en el sector con apenas 17 años. “Hice mecánica en el instituto. Me decanté por carrocería porque siempre me ha gustado trabajar con las manos. Tengo especial habilidad”, señala.

Sin embargo, durante los años de vida laboral, no todo han sido alegrías. Tras terminar sus estudios, comenzó a trabajar en un taller durante 6 años. Sin embargo, tras ese momento, abandonó un sector al que volvería años después, sin saber lo que le estaba por venir. Ahora, con otro rol en el taller y con la experiencia, su futuro esta claro. "El sector merece la pena", asegura.

No es ganar, es aprender

Marcos Jiménez, eso sí, reflexiona sobre el papel que juegan estas pruebas. “No me he planteado presentarme a más concursos, pero quien sabe, ¿por qué no?", reflexiona.

De hecho, resta valor al mero hecho del concurso. A su juicio, lo que realmente merece la pena de este tipo de pruebas es la oportunidad a nivel de formación que suponen. “Aparte de la competición, se trata de aprender cosas. Aquí vamos, sobre todo, para aprender, conocer nuevos productos y técnicas. A mejorar porque esto no deja de actualizarse. Los procesos cambian y no se puede dejar de aprender”, reprende.

Pasado el tiempo, y tras la experiencia de estos años, Jiménez se dedica a organizar el trabajo en el taller y a trabajar allí donde es necesario. “Hago un poco de todo. Chapa, pintura. Organizo y estoy donde más falta hace”, describe.

"El sector está machacado"

A pesar de la crítica situación que vive el sector de la carrocería, este pintor-chapista o lo que haga falta, tiene claro que hay que apostar por los buenos profesionales.

“El sector está un poco machacado. Las aseguradoras nos han reducido mucho margen, pero trabajo hay”, destaca. El primer ganador del Concurso Nacional de Pintores de Mirka quiere dignificar los oficios en un momento en el que su popularidad no es brillante. “Hay que reivindicarlo. Cualquier oficio merece la pena, porque además se puede vivir dignamente y es muy gratificante”, reconoce.

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