La carrocería del vehículo es clave para su seguridad, estando su evolución vinculada al avance general de la automoción. Mucho ha cambiado el desarrollo de la carrocería en los primeros vehículos a la que existe en la actualidad, lo que también ha motivado la adaptación de los talleres de chapa y pintura. Los centros de reparación se han ido ajustando a las necesidades del mercado de la mano de los primeros coches de acero, luego de aluminio, y finalmente de otros compuestos alternativos. En esta línea, los expertos de PPG en su blog han diferenciado cómo eran las carrocerías de los vehículos antes y cómo son ahora.

Hace un siglo, las carrocerías más habituales se basaban en paneles prensados de aceros que iban fijados al bastidor de madera. Poco a poco se fueron desarrollando nuevas técnicas y se avanzó hacia soluciones de chapa de acero, que admitían mejor los requerimientos de potencia de los motores. Los revestimientos de chapa fueron aumentando, aunque no con ello las formas redondeadas, ya que no estaban desarrolladas técnicas como la embutición y las chapas eran deformadas a mano. Tras el dominio de este método, y a partir de los años 30, los principales fabricantes comenzaron a emplear la chapa de acero para la construcción total del coche.

El acero se ha convertido, desde entonces, en el material más usado para la fabricación de carrocerías, pues posee amplias propiedades mecánicas, el procedimiento es económico y su gran plasticidad permite realizar piezas complicas; además la técnica de reparación es sencilla y puede reciclarse el material.

Los aceros empleados se clasifican en grupo según su límite elástico, diferenciando entre aceros convencionales, de alta resistencia, de muy alta resistencia, y de ultra alta resistencia.

Tipos de carrocerías

Las carrocerías pueden ser:

• De chasis independientes: la carrocería se atornilla al chasis, que es el que soporta la mecánica, y pueden separarse para la reparación. Es habitual en vehículos industriales y todoterrenos.
• De plataforma con carrocería separada: es similar a la carrocería de chasis independiente pero se coloca atornillada sobre una plataforma en vez de sobre el chasis.
• Monocaso: el conjunto se coloca sobre una sola pieza, aunque dispone de elementos sueltos.
• Autoportante: es la que más se usa desde que en 1934 Citroën lanzara el primer vehículo con esta carrocería. Este tipo de carrocerías se utiliza en la mayoría de turismos y cada vez más todoterrenos, que se conforma con un gran número de piezas de chapa que se unen mediante soldadura, adhesivos y tornillos. Las carrocerías autoportantes aumentan la seguridad y el confort.

La carrocería autoportante

Este tipo de carrocerías presentan piezas que se dividen en estructurales, suelen ir internas y se encargan de soportar los esfuerzos y las cargas, y cosméticas, que cumplen un objetivo más aerodinámico y estético.

Además, está formada por tres zonas diferenciadas: la zona central, el habitáculo (que es una zona muy rígida para garantizar la seguridad de los ocupantes del vehículo), y las dos extremas, la zona anterior y posterior, que sí son deformables y están encargadas de disipar las energías generadas en caso de colisión.

La llegada del aluminio, los plásticos o la fibra de carbono

Más allá del acero, la industria ha introducido otros materiales en las carrocerías para aligerar el peso. Los más habituales son el aluminio, los plásticos y también la fibra de carbono, e incluso, aleaciones de magnesio.

El aluminio es el material que presenta menor complejidad, y su recuperación es muy similar a la del acero. Pese a ello, existen diferencias en la manipulación y en la soldadura, así como en la preparación de superficies, la imprimación y el masillado.

En cuanto a los plásticos, estos requieren de productos especiales para el repintado. Por su parte, la fibra de carbono puede encontrase en zonas como el chasis y partes del techo, el capó o los paneles, en las tapas de los retrovisores, molduras exteriores o en piezas del interior.