Ante la nueva movilidad que se avecina, las compañías del sector están redefiniendo el paradigma del automóvil. Así, Renault afirma que el futuro será eléctrico, conectado, autónomo y cada vez más compartido.

Con estas premisas, la firma francesa ha presentado en el Salón del Automóvil de París 2018 el Renault EZ-Ultimo, un vehículo robotizado con una capacidad de conducción autónoma de nivel 4.

Asimismo, este coche se caracteriza por tener una carrocería tratada como un espejo de doble cara, que proporciona un efecto de ligera transparencia y “filtra las miradas hacia el interior del vehículo para preservar la intimidad de sus ocupantes”, explica la enseña.

Además, la carrocería bitono permite que la parte inferior luzca un color negro profundo y, a medida que el vehículo se acerca, se perciban toques de un color verde intenso con efecto de lentejuelas “dándole un aspecto vivo”, subrayan desde Renault.

Por su lado, el color champán de la estructura que recorre la parte alta del habitáculo “ofrece un acabado cálido y rico”, apunta la enseña. Esto se une a un marcado luminoso en el suelo junto a la puerta que da la bienvenida a los pasajeros.

Aunque tintado para preservar la intimidad de los ocupantes, el parabrisas y, sobre todo, el techo solar contribuyen a que la luz cenital penetre en el interior y ofrezca más claridad a bordo, explica la firma.

A esto se suma que las facetas de la carrocería descansan sobre una estructura cerámica blanca tallada. La compañía añade que al no haberse utilizado un barniz satinado en el exterior, estas muestran propiedades reflectantes en el interior, como en un juego de espejos. Así, en función del grado de luminosidad, este acristalamiento evoluciona hacia una mayor transparencia con respecto al exterior.

La iluminación trasera se completa con una banda de filamentos luminosos que se entrecruzan formando rombos, dando así continuidad a la superficie de facetas de la carrocería.