Chapa y pintura | Familiar, vocacional y empezando por Ferraris: así es el Mejor Pintor Distinguido 2021

Infotaller ha entrevistado a Iván Alba, ganador del certamen, para conocer cómo ha sentido la experiencia y, sobre todo, para descubrir su historia y todo aquello que hay tras la decisión de participar en el concurso.

Iván Alba fue preseleccionado por su trabajo con un saxo amarillo
Iván Alba fue preseleccionado por 'Piolín', el Citroën Saxo de rally amarillo que presentó

Detrás de cada reparador siempre hay una historia interesante que contar, siempre hay un momento, un instante, un punto de inflexión en el que se hace 'clic' y se decide dedicarse en cuerpo y alma a una profesión tan vocacional. El caso de Iván Alba no es una excepción y la suya está caracterizada por, sobre todo, emociones y sentimientos.

Y eso fue precisamente lo que sintió este profesional de 36 años natural de Marbella mientras participaba en el certamen y lo daba todo en la final celebrada en las instalaciones de Cañizares Piñero: un sinfín de emociones; "una montaña rusa" y "nervios a flor de piel" que superó dejando de pensar en los límites y en la presión, en las altas capacidades de sobra demostradas por sus compañeros y en las doscientas personas que observaban expectantes. En definitiva, que superó concentrándose en lo que tenía que hacer.

Las fuerzas para hacerlo las sacó al recordar todos esos refuerzos tan positivos que siempre ha tenido y que le hacen sentirse, ante todo, agradecido: "Me acordé de mucha gente. Desde familiares a compañeros, gente que conocí desde que empecé en el oficio, como jefes que me han apoyado y tratado bien siempre".

"Me acordé de mucha gente. Desde familiares a compañeros, gente que conocí desde que empecé en el oficio, como jefes que me han apoyado y tratado bien siempre"

En cuanto a qué tenía que hacer, pues había una prueba, sí (repintar un parche en una aleta con sus consiguientes procesos). Pero la prueba consistía en lo que siempre había hecho: poner la guinda del pastel en materia de carrocería: masilla, lijado, imprimación, barniz. Lo que en última instancia decidió hacer cuando todavía era un niño y veía "cochazos espectaculares" rodar por las calles de Marbella.

Carrocero vocacional

¿Por qué la chapa y la pintura?, le pregunta la entrevistadora. Iván Alba lo tenía claro: "El refinish es lo más llamativo, lo que te atrapa de un coche es su pintura". Y también lo más complicado, aseguraba: "En esto no hay margen de error, es un reto. Si lo haces mal se nota, y no hace falta ser un profesional para darse cuenta, cualquier persona lo va a notar".

"El refinish es lo más llamativo, lo que te atrapa de un coche es su pintura. Y también lo más complicado, en esto no hay margen de error, es un reto. Si lo haces mal se nota, y no hace falta ser un profesional para darse cuenta, cualquier persona lo va a notar"

Y así fue como, en Madrid -se mudó a los dos años, aunque nunca se desligó de Marbella- se dedicó a su vocación, empezando a estudiar, después de terminar la Educación Secundaria Obligatoria, un grado medio de Carrocería y haciendo sus prácticas en un servicio oficial Ford ubicado en Torrejón de Ardoz.

Aquella experiencia de prácticas le llevó a la siguiente, dos años en otro taller de la localidad, y asimismo esta le llevo a la siguiente. Una grandísima oportunidad, tal y cómo el mismo la define, pues una mezcla entre la fortuna y el trabajo duro le llevó a desempeñar su actividad profesional en Julio Clariac, servicio oficial Ferrari con el premio a 'Mejor Carrocero de España' (1993) y que el reparador marbellí afincado en Madrid seguía desde los 14 años de edad.

Allí ejerció ni más ni menos que durante doce años (2004-2016): "En Julio Clairac adquirí todos mis valores y aprendí casi todas las técnicas que conozco hoy en día. Tenía un jefe maravilloso y era un sitio excepcional para trabajar".

"En Julio Clairac adquirí todos mis valores y aprendí casi todas las técnicas que conozco hoy en día. Tenía un jefe maravilloso y era un sitio excepcional para trabajar"

Iván Alba durante su época en Julio Clairac
Iván Alba durante su época en Julio Clairac

Padre de familia

Iván Alba está casado desde 2014 y tiene dos niñas, una de seis años de edad y otra de dos y medio, y un nuevo bebé en camino. La familia para él es importantísima y eso fue lo que le llevó a desvincularse, no sin cierto pesar, de aquel empleo en Julio Clariac que tanta felicidad le brindó durante años. 

La culpa la tuvo la crisis de 2008: "El taller no iba bien del todo pese a que se recicló, dejando de ser servicio oficial Ferrari para convertirse en centro autorizado Ferrari y poder abrir así su cartera de clientes a otras marcas. Yo era padre de familia recién estrenado y necesitaba marcharme porque necesitaba una cierta seguridad para sacar adelante a mi familia".

Se marchó, eso sí, con cierta resistencia por parte de su jefe: "Yo era encargado de pintura y jefe de equipo. Mi jefe no quería dejarme marchar, pero al final llegamos a un acuerdo e hicimos las cosas de la mejor forma posible", explica Iván Alba, con cierta tristeza, y demostrando en cada palabra el aprecio que sentía por su jefe Julio Clairac y su negocio, taller que por cierto cerró la persiana definitivamente en 2020.

Pese a los años, la relación con ellos sigue siendo excelente. Así lo demuestra la felicitación de David Clairac, hijo de Julio Clairac, quién desgraciadamente falleció hace unos años: "Siempre fuiste de lo mejor y lo sabíamos. Ahora te lo han certificado".

Mentalidad emprendedora

Después el actual ganador del concurso Pintores Distinguidos probó suerte en Ocasión Plus. Pero al final su proactividad le llevó a querer emprender y acabó por montar un taller, junto al que fuera su socio por aquel entonces, en 2017: "Decidí abrir mi propio taller en 2017 porque quería hacer las cosas como yo quería, trabajar para mí e intentar brindar oportunidades de empleo a otras personas que lo necesitasen". 

Y lo cierto es que el taller iba bien, pero la segunda niña venía en camino: "El taller me quitaba muchísimo tiempo y no poder dedicárselo a mi familia suponía un sacrificio personal enorme. Por ello decidí irme a trabajar por cuenta ajena de nuevo".

No obstante, esa proactividad y esa mentalidad emprendedora siguen presentes: Iván Alba espera más adelante, en algún momento de su carrera, dar un paso más en el oficio y convertirse en técnico de pintura para poder impartir formaciones a talleres y trasladar sus conocimientos a otros compañeros.

Iván Alba en la inauguración de su taller, Potenza
Iván Alba en la inauguración de su taller, Potenza

Y llegó a su casa

Y así, después de tantas experiencias y vivencias acumuladas, fue como llegó a la que ahora es su casa, el centro de reparación Inyección Jurado, ubicado en San Sebastián de los Reyes. Se siente afortunado: "Este taller lo llevan dos hermanos, Rafael y Pedro Jurado y he tenido mucha suerte porque son personas excepcionales. Tratan muy bien a los trabajadores, nos respetan muchísimo y yo estoy encantado de trabajar allí".

Sobra decir que su actual taller ha sido un apoyo importante para él: "Cuando les hablé del proyecto no lo dudaron ni un momento. Me ofrecieron todo su apoyo y empecé con el proyecto partiendo de un Saxo. Este salió elegido y al final he acabado siendo campeón. Ellos me han mostrado todo su afecto y yo considero que el premio es de todo el equipo". 

"Cuando les hablé del proyecto no lo dudaron ni un momento. Me ofrecieron todo su apoyo y empecé con el proyecto partiendo de un Saxo. Este salió elegido y al final he acabado siendo campeón. Ellos me han mostrado todo su afecto y yo considero que el premio es de todo el equipo"

Iván Alba trabajando (izquierda) y su "sticker" profesional (derecha)
Iván Alba durante el campeonato (izquierda) y su "sticker" profesional (derecha)

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