El presupuesto es un plan de acción que recoge tanto las operaciones a realizar en el taller como los medios productivos de los que se dispone, en un período de tiempo determinado, con el objetivo de conseguir un beneficio.

Así lo define CSS en un artículo publicado en su blog, en el que señala que elaborar anualmente un presupuesto permitirá tener de antemano una idea global de gastos y objetivos de ingresos.

No obstante, recomienda dividirlo en períodos de tiempo más cortos (trimestral, bimestral o mensual —el más recomendable—) con el fin de analizar las desviaciones que se produzcan entre los datos reales y los presupuestados, y tomar las decisiones correctoras oportunas, en caso de necesidad.

Sobre el objetivo del presupuesto, por un lado, está el de planificar el número de reparaciones, así como las horas de trabajo, estableciendo los objetivos a alcanzar, en cuanto a eficiencia y productividad.

Asimismo, también permite planificar los ingresos y gastos (costes fijos y variables) que surgen de lo anterior. Esto ayudará a implementar la política de precios (mano de obra, margen sobre los recambios…).

De esta manera, se hace necesario controlar que los objetivos se cumplen y se obtiene el resultado deseado, por lo que conviene hacer este control y análisis para adoptar las medidas necesarias con la suficiente antelación para conseguir el objetivo final.

En este punto, para elaborar el presupuesto, en primer lugar hay que calcular las horas disponibles del taller, que dependerán del número de operarios y de las horas establecidas por convenio. Estos son datos conocidos que no será necesario estimar.

A partir de ahí, deberá tenerse en cuenta también aspectos como el porcentaje de ocupación, la productividad de los empleados, su eficacia… con el fin de hacer una estimación lo más exacta y fiable posible de la previsión de número de horas facturadas que se fijen como objetivo para llegar a las cifras de negocio deseadas para alcanzar la mayor rentabilidad posible.

Una vez puesto en marcha el presupuesto, CSS recomienda contar con herramientas digitales de gestión del taller, ya que permiten medir y monitorizar todas las áreas del negocio.

Gracias a estas herramientas, se accede con facilidad a la trazabilidad de los procesos, las tareas y el desempeño de las personas del equipo del taller.